Pues Dios me es testigo de cómo os añoro a todos vosotros con el profundo amor de Cristo Jesús. Y ésta es mi oración: que vuestro amor abunde aún más y más en conocimiento y en todo discernimiento, para que aprobéis lo mejor,* a fin de que seáis sinceros e irreprensibles en el día de Cristo, llenos del fruto de justicia, fruto que viene por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios. Filipenses 1: 8-11

No practicar discernimiento cuando se trata del dinero
El problema no es el dinero, es más bien como se administra. Vivimos en un mundo enfocado en administrar el dinero para comprar lo que uno desea. Por todos lados podemos ver anuncios. Cada anuncio sugiere como la sociedad debe de gastar su dinero. Lo interesante es el énfasis: “si compras este producto te vas ver como este modelo,” u otro anuncio sería “este producto es nuevo, lo compras y estás actualizado en la cultura popular”. Los anuncios quieren tu negocio, pero no dan oportunidad para que la sociedad piense; para ver lo que no dicen.
Nuestra cultura no nos dice que tenemos que usar el dinero para hacer progresar el reino de Dios. Nuestro compromiso no es con el mundo, sino con Jesucristo. Cuando Lucas escribió “que tú le das tu abrigo (túnica) a tu hermano cuando tiene frío,” es un acto de compromiso con Jesús y con bienestar de tu hermano (Luc 3:11). Esta idea va en contra de la idea que el progreso es individual. Ayudando a tu hermano significa que estas caminando con él/ella en su desafío.
El individualismo y consumismo como el dios de nuestros tiempos.
El consumismo es un dios que se encuentra en nuestra vida. Vivimos en una cultura donde se tiene que comprar cosas para sobrevivir. Tenemos que comprar comida, ropa, medicina, educación, y transportación. Pero nuestras vidas pueden se enriquecidas sin el televisor más grande de la tienda, o el carro más lujoso. Nuestra misión no es de ser codos o tacaños, sino vivir el compromiso que tenemos con Jesús. Tenemos una responsabilidad de discernir nuestras compras e inversiones.
Discernimiento en nuestras comunidades
El discernimiento es afectado por dos cosas: nuestras experiencias, e intenciones. Nuestras experiencias en la vida afectan como vemos el mundo. Nuestras experiencias forman nuestra identidad, y perspectiva del mundo. Todas las experiencias tienen valor, pero también significan que podemos aprendemos de nuestros errores. Esos errores funcionan como método de discernimiento. A lo mejor te preguntas “cómo es posible, que mis errores funcionen para discernimiento”. Porque después de tener esa experiencia, y cometer el error, uno es más consciente de sus decisiones.
Un profesor del seminario dijo una vez: “si quieres ver el ministerio de la gente, investiga donde invierten su dinero”. El dinero es algo poderoso. Tiene el poder de causar muerte o brindar vida. Nuestras comunidades pueden ser afectadas por nuestras decisiones acerca del dinero. Hay inversiones que contribuyen al militarismo, la industria de aceite, y organizaciones contra la misión de Jesucristo. Brindar vida significa invertir en la comunidad, la iglesia, su familia, etc.
Discernimiento no es un concepto que se define y se entiende. Las experiencias de la vida nos enseñan a entender el discernimiento y sirven como ayuda en hacer decisiones para administrar nuestras finanzas.
Martin Navarro es Representante de Relaciones con la Iglesia, en Everence.
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