Entrevista con Cesar Moya

“Sobre todo, hoy en día que está tan afectada la paz del mundo, nosotros debemos acercarnos a otros y otras que crean en un Cristo de Paz”.

Cesar Moya

Cesar Moya ha sido pastor, maestro, plantador de iglesias, escritor y ha ocupado durante más de 40 años de vida ministerial un sin fin de cargos por distintas instituciones Anabautistas. Oriundo de la ciudad de Ibagué, en Colombia, dice de sí que desde niño ha sido un migrante porque, desde que tiene memoria, sus padres siempre estuvieron moviéndose de un lugar a otro, y él, siendo soltero, pero también luego de casarse y ser padre, no ha abandonado esa manera de moverse por la vida que es justamente la de moverse por el mundo.

Teólogo de la Universidad Bíblica Latinoamericana de Costa Rica, con un doctorado en la Universidad Libre de Ámsterdam y siendo pastor ordenado de la Iglesia Menonita de Colombia, ha podido desarrollar su ministerio no solo en Colombia, sino que de igual manera en Ecuador y ahora en los Estados Unidos, donde pastorea Emmanuel Mennonite Church, congregación de población anglo, en Geinesville, La Florida

CM: Gracias Javier por esta invitación, es un gusto compartir con los hermanos y hermanas de las iglesias, no solo de los Estados Unidos sino también de toda Latinoamérica. Solo agregaría que soy casado por 37 años, mi esposa se llama Patricia Urueña, tengo tres hijos, todos casados, y están felizmente vinculados a la iglesia.

AW: ¿Cuáles son las enseñanzas más importantes en tu vida ministerial y personal como Anabautista?

CM: Realmente separar lo ministerial de lo personal, cuando uno ya tiene más de 40 años sirviendo en el ministerio, es difícil. Diría que hablando de algunas enseñanzas importantes en mi vida como anabautista son sin duda la opción por los más necesitados y vulnerables de la sociedad, eso es algo muy importante y significativo en mi vida, así como el trabajo por la paz, cosas que van muy a la par. Pero también una paz con justicia, no una paz ingenua. Hemos optado por esos caminos: rechazar la violencia institucional, ser objetor de consciencia. Otra enseñanza importante es el respeto por la diversidad, siempre y cuando esa diversidad no atente contra la vida del otro. Hemos aprendido a conciliar la diferencia y a seguir la no violencia activa, es decir, no ser pasivos frente a muchas situaciones que exigen nuestro actuar.

AW: ¿Cuáles crees que son los desafíos que tiene la iglesia anabautista hispana?

CM: Hay que valorar mucho cómo hermanos y hermanas hispanas han desarrollado iglesia en los Estados Unidos en condiciones muy adversas, porque muchos de ellos son inmigrantes y trajeron el amor y fervor en compartir el evangelio. Por eso, primero quiero rescatar ese amor y ese fervor por el evangelio. Ahora, lo han hecho desde sus tradiciones que han traído desde América Latina; bien sea por sus padres, por sus abuelos o ancestros, ellos han traído esa tradición, diría yo, muy evangélica y algunas veces muy pentecostal. Desde mi opinión no siempre las iglesias Anabautistas hispanas han sido plantadas por menonitas, sino por hermanos y hermanas con mucha pasión que vienen de raíces de otras denominaciones. Esto lo he visto aquí en los Estados Unidos viajando y visitando muchas iglesias hispanas por muchos Estados.

Siento que las iglesias hispanas han sido fruto de la migración y quienes las plantaron venían de otras confesiones de fe, aunque ellos se han venido preparando. Es un reto cómo pueden las iglesias hispanas diferencias las tradiciones de otras denominaciones con el anabautismo. Hay unas convicciones y particularidades que nos une y definen como Anabautistas en medio de otras denominaciones: nosotros somos pacifistas, objetamos el servicio militar, nuestro gobierno es congregacional, practicamos el bautismo de creyentes, la amonestación fraternal, la Cena del Señor es para los creyentes…

Debemos trabajar mucho en los elementos litúrgicos. También nuestras prácticas pastorales. Usted sabe que muchas confesiones de fe siguen modelos muy jerárquicos que afectan el desarrollar una visión anabautista. Conozco hermanos y hermanas de otras tradiciones que vienen de América Latina y se han enamorado del Anabautismo, pero únicamente del pacifismo, de la resolución de conflictos, pero en su práctica les gusta la jerarquía, mandar y que otros le obedezcan. Ahí hay otro desafío: ¿Cómo podemos tener practicas pastorales más congregacioncitas, participativas, y reconocimiento que el pastorado es uno más de los dones dados a la iglesia y no el único ni el mayor?

Otro reto que encuentro es este tema de la inclusividad, me refiero no solo la aceptación de personas de diferentes razas, culturas o nacionalidades, sino también de género. Este es un tema que nos desafía bastante a los Anabautistas del siglo XXI. No podemos desconocer que en nuestras comunidades de fe, hispanas y anglosajonas, hay personas que no se identifican con alguno de los géneros convencionales. Y ellas también son personas de fe, aman al Señor, dan testimonio, tienen una vida ordenada y uno tiene que aprender mucho de esto. Debemos trabajar en estos aspectos, pero esto no es sencillo porque tenemos muchas sensibilidades. Desafortunadamente nuestras teologías han sido muy patriarcalistas y además androcentristas, o sea, hemos puesto al hombre en el centro de todo. Debemos trabajar muy seriamente esta temática, interdisciplinariamente, pero también teológicamente.

Sé que es un tema álgido y sensible, y que en las congregaciones es muy difícil. Una de las fortalezas de la iglesia menonita es el gobierno congregacional, por eso no podemos decir que todas las iglesias deben tener el mismo pensamiento y la misma practica con respecto a personas con identidades de otro género porque es la congregación la que decide, no hay un dictamen episcopal, de modo que mi invitación es a que las comunidades disciernan y puedan tomar decisiones frente a esa temática, pero siempre respetando a la comunidad de fe, respetando a la congregación. Respetando a unos como a otros.

Otro reto es que debemos avanzar en el diálogo ecuménico. En la gran mayoría de las iglesias aún hay prevención, pero necesitamos entrar en diálogo ecuménico e incluso relación con otras denominaciones. Ni siquiera hablo de diálogo interreligioso, sino entre iglesias cristianas. No podemos seguir considerándonos el único pueblo escogido por Dios, somos una expresión de ese pueblo, pero debemos generar relaciones con otros. Es cierto que la persecución y el martirio vivido en el siglo XVI nos marcó tremendamente, pero no podemos seguir siempre como víctimas, sino avanzar en la reconciliación y buscar acercamientos. Sobre todo, hoy en día que está tan afectada la paz del mundo, nosotros debemos acercarnos a otros y otras que crean en un Cristo de Paz.

AW: Cambiando de tema, en tu opinión ¿cuáles son los retos que tenemos en América Latina a la hora de hacer teología?

CM: Nosotros hemos tenido una dependencia de la reflexión teológica que se hace desde el norte, eso lo apreciamos mucho, aún les seguimos leyendo, seguimos citándoles y aprendiendo de ellos. Pero también es bueno hacer reflexión teológica desde el sur y tener confianza para escribir. En América del Sur somos muy buenos para hablar, tenemos grandes discursos, grandes conferencias, y también tenemos mucha practica anabautista en nuestras iglesias: El trabajo por los necesitados, el trabajo por la paz y la justicia. Pero donde hay un vacío es en lo escrito. Por un lado, nuestros escritos no son muy promocionados, pero tampoco tenemos muchos escritores. Necesitamos arriesgarnos a hacer reflexión teológica desde nuestro contexto, y que sean visibles, que se valoren en otros espacios.

Hay algunos desafíos que se han comenzado a dar como el Movimiento de Mujeres Anabautistas haciendo Teología desde América Latina, un trabajo que viene consolidándose por dos décadas, y otro esfuerzo es el de la Red Latinoamericana de estudios Anabautistas RELEA, que cumplió 10 años en febrero. Estas expresiones han ayudado mucho a algunas iglesias a poder entender la reflexión teológica desde el sur y en algunos temas que tienen que ver con participación política, con la relación con el Estado, equidad de género, la práctica de la justicia, en fin, ahí hay una gran importancia. Además, hay otras instituciones que se han mantenido, como SEMILLA en Guatemala, el SBMC en Colombia, y así otras instituciones. Pero insisto que hay que promocionar y escribir para tener más alcance.

 


 

Finalmente, compartimos al final de este artículo el LINK de Global Abaptist Wiki, donde a su vez encontrar los textos publicados por la Red Latinoaméricana de Estudios Anabautistas, cuyo fundador es César Moya. Entre algunos de sus textos verán títulos como Relea No. 1: Pueblo de Dios y Paz. 2017, Relea No. 3: Migración con esperanza. 2019, Relea No. 6: Violencias De Género: Aportes interdisciplinarios. 2023. Los textos están montados digitalmente y son totalmente gratuitos.

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