La ayuda mutua es una cualidad esencial de comunidad. Un objetivo principal de los Anabaptistas primitivos fue establecer una comunidad del Espíritu donde el amor de Dios fue el factor principal en motivar toda acción y determinar toda conducta, (pg. 21, Fretz,).

La cooperación no era solo una virtud honorable pero una necesidad a principios del siglo 16. Los agricultores y artesanos de aquella era vivían en comunidades de pueblo. Los esfuerzos eran necesarios para poder responder a las demandas de señores de sistema feudal. Ellos aprendieron a trabajar juntos en arar y cosechar, porque ni un solo ciudadano tenía los recursos materiales para llevar a cabo solos estas actividades. La ayuda mutua fue parte de la cultura y tradición. Heinrich Seiler quien murió como un mártir en 1536 dijo, “Yo no creo que es malo que un cristiano tenga propiedad, siendo que él haga lo correcto y comparta sus bienes con los necesitados, porque él no es más que un administrador,” (Pg. 23, Fretz).

En una congregación Suiza de la Hermandad en Estrasburgo en Alsacia (1557) a los solicitantes para la membresía eclesial se les preguntó si estaban dispuestos a dedicar sus pertenencias a la iglesia y sus necesidades, si una necesidad se daba a conocer y si podrían ayudar. Estos compromisos a un entendimiento bíblico de cuidar el uno-por-el otro, continuó durante los siglos y siempre fue vinculada de nuevo a las enseñanzas de Jesús y a las prácticas de la iglesia primitiva. Esta preocupación por los demás se propagó más allá de los miembros de la comunidad de fe. En la década de los 1660 los Menonitas Holandeses ayudaron con ayuda financiera a los hugonotes franceses así como a los judíos refugiados que estaban huyendo de la persecución, (Pg. 27, Fretz).

Archivos primitivos de 1623, también muestran que el seguro mutuo también se practicaba por los Menonitas y tuvo sus comienzos en Alemania. Esto fue 100 años antes de la primera empresa organizada de seguros que fue establecida que fue la, Philadelphia Contributionship (Contribuidora de Filadelfia) fundada por Benjamín Franklin en el 1752, (pg. 28, Fretz). Y además hubieron futuras variaciones de las actividades mutuas desarrolladas para el seguro de fuego, planes de hospitalización y sociedades de mejoramiento agrícolas y educativas (pg. 30, Fretz).

La ayuda mutua de muchas formas fue considerada una manera esencial de reunir la fe cristiana y las relaciones sociales de uno.

Beryl es el Director para la Educación sobre Mayordomía en Everence.

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