Caminar juntos en medio de la diversidad
En un mundo donde cada quien parece buscar su propio camino, hablar de discernimiento comunitario puede sonar extraño o incluso anticuado. Sin embargo, para las comunidades de fe que forman parte de la Conferencia Mosaico en Colombia, esta práctica es una herramienta viva y necesaria. No se trata solo de tomar decisiones juntos, sino de aprender a escuchar al Espíritu Santo y a los demás en medio de nuestra diversidad cultural, teológica y espiritual.
En Mosaico convivimos comunidades muy distintas: iglesias urbanas influenciadas por el pentecostalismo, otras que beben de la teología anabautista latinoamericana, familias de fe que se reúnen en contextos donde no hay libertad religiosa, e incluso comunidades virtuales. Cada una tiene su propio modo de entender la misión, la liturgia, la ética o el liderazgo. A veces, esas diferencias generan tensiones. Pero lejos de ser un problema, son una invitación: una oportunidad para practicar el discernimiento comunitario y dejar que el Espíritu actúe entre nosotros.
Una espiritualidad que se hace visible
El teólogo John Driver recordaba que la espiritualidad cristiana no es algo privado, sino algo que se vive y se encarna en comunidad. La fe no se demuestra solo con palabras, sino en la manera en que nos tratamos, nos acompañamos y nos servimos mutuamente. En otras palabras, seguimos a Jesús no solo con la mente o con el corazón, sino también con nuestras relaciones (Driver, 2018).
El discernimiento comunitario, desde esta mirada, no busca uniformar ni imponer una sola manera de pensar. Más bien, crea un espacio donde todos podemos hablar y escuchar, confiando en que la verdad se va revelando en el diálogo y en la convivencia. No es un proceso rápido ni fácil, pero es profundamente transformador: nos enseña a depender del Espíritu Santo que habita en medio del pueblo de Dios.
El liderazgo como servicio mutuo
Nuestra cultura tiende a exaltar al líder fuerte, al que “tiene todas las respuestas”. Sin embargo, la tradición anabautista nos recuerda otra forma de liderazgo: el liderazgo como servicio. En lugar de buscar dominar o tener la última palabra, se trata de acompañar, cuidar y discernir junto con otros.
El discernimiento comunitario redefine la autoridad. En vez de centrarse en el poder, se centra en el cuidado y la responsabilidad compartida. Todos somos escuchados, todos aportamos algo al proceso. La voz del Espíritu puede venir desde lugares inesperados, incluso desde aquellos que menos imaginamos (Driver, 2018).
El valor de escuchar y seguir esperando
El teólogo Roberto Suderman escribió que la comunidad cristiana “no está llamada a la comodidad, sino a dar testimonio de la esperanza” (Suderman, 1998). Esa frase resuena especialmente en nuestro contexto colombiano, donde la diversidad cultural, teológica y social a veces parece más un desafío que una bendición. Practicar el discernimiento comunitario exige valor: valor para escuchar al otro, incluso cuando no pensamos igual; y humildad para reconocer que el Espíritu puede hablar por medio de distintas voces.
El discernimiento, entonces, no es una reunión ni un método. Es una forma de vida que nos permite ver a la comunidad como un cuerpo vivo donde cada miembro es valioso. Es un proceso que nos mantiene unidos en medio de nuestras diferencias, y que nos impulsa a seguir caminando juntos hacia la misión que Dios nos confía.
Caminar juntos, sin borrar las diferencias
En la Conferencia Mosaico en Colombia, hemos aprendido que la unidad no significa uniformidad. La verdadera comunión se construye cuando decidimos permanecer juntos, aun cuando no siempre coincidimos. El discernimiento comunitario se convierte así en un medio para cuidar nuestras relaciones, fortalecer nuestra fe y reflejar el amor reconciliador de Cristo en medio de un mundo dividido.
Quizás ese sea el desafío más hermoso de la vida cristiana: caminar juntos, confiando en que el mismo Espíritu que sopló sobre la primera comunidad sigue guiándonos hoy, invitándonos a discernir, a escuchar y a amar en comunidad.
Referencias
Driver, John. Convivencia Radical: Espiritualidad para el Siglo 21. Harrisonburg, VA: Institute for the Study of Global Anabaptism / Congreso Mundial Menonita, 2018.
Suderman, Roberto J. Tengan Valor: Yo He Vencido al Mundo. Asunción: Editorial Menno, 1998.
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