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Versión para imprimir: Meno Abril 2015 final
El acceso al Internet y la comunicación electrónica ha dejado atrás a las enciclopedias y los libros impresos. Existe una abismante cantidad de información siendo difundida a través de la red a la cual podemos tener acceso instantáneo. Es tanta la información que existe, tanto buena como mala, y tal la facilidad para obtenerla que no es necesario nosotros mismos saberla, bastan unos pocos clics del ratón, o pasar el dedo sobre la pantalla de la tableta o teléfono inteligente e inclusive hablándole, y allí la encontramos.
Al tener tanta información a nuestro alcance, ¿nos ha hecho esto más inteligentes y sabios? Yo arguyo que no; lo que si nos ha hecho es más rápidos, hábiles y conocedores en donde encontrar la información. Porque saber mucho no equivale a ser sabio o adquirir sabiduría. La sabiduría no es la acumulación de conocimiento, sino el saber usar el conocimiento en maneras beneficiosas y dadivosas para nuestra existencia en común.
Uno de los problemas más graves que tenemos en nuestros días es el orgullo humano, nacido del supuesto abundante conocimiento alcanzado en las ciencias, la investigación y la tecnología. Mientras más conocimiento adquiere el ser humano, se vuelve más engreído. Tanto en el conocimiento secular como en lo espiritual. Me explico, al ser humano le encanta sentirse superior o por encima de otros ya sea en lugares de mando o posiciones logradas, o porque tiene un poco más de conocimiento que su prójimo. Y para peor, el ser humano mientras más conocimiento y comodidades adquiere, se vuelve más flojo y aprovechador del más débil.
Como resultado de lo anterior, ¿qué podemos decir del discernimiento?, ¿cómo podemos saber si la información que encontramos es correcta o no?, ¿cuál información es confiable y cual es engañosa? Alguno me dirá -¡según de donde venga!—¡Seguro!, pero, ¿sabemos discernir de dónde viene y las intenciones que tiene? Esta interrogante me hace pensar en lo que le pasó a Adán y Eva… escucharon la sutil voz del engañador, no pudieron discernir, desobedecieron y cayeron en su trampa. Así hay muchos hoy en día, que creen conocer la diferencia entre el bien y el mal, y otros que simplemente no pueden discernir.
Todavía necesitamos darnos cuenta que es bueno y que es malo, de acuerdo a Dios. Para ello necesitamos parámetros, indicadores, modelos, dirección; esta es la razón por la que Dios habitó entre nosotros en la persona de Jesucristo. Jesús vino a mostrarnos el camino de regreso a Dios con su ejemplo y a dejarnos la invitación a seguir sus pasos, dándonos discernimiento entre el bien y el mal por medio de su Espíritu.
Vivimos tiempos en que el espíritu diabólico del engaño domina a la cultura, y a través de ella se ha metido en la iglesia. Son muchos los neo-teólogos, que vistiendo pieles de ovejas siembran confusión en medio de la iglesia, aquellos son los que cuestionan la Palabra de Dios, la tuercen y la malinterpretan trayendo confusión. Al pecado de la perversión le han dado otros nombres como “orientación” o “preferencia sexual”. A la mentira y al abuso le llaman “posición variante o diferente”. Malinterpretan el amor de Dios, asegurando que podemos vivir una vida en pecado y a la vez ser parte de la iglesia. Han ignorado voluntariamente el poder de Dios para cambiar una miserable vida de pecado en una nueva y abundante vida en Cristo. Esos son guías ciegos privados de discernimiento y entendimiento. Una generación engañándose a si misma por no escudriñar seriamente la Escritura y obedecerla.
Entre tanta información, ¿Podemos nosotros discernir lo que viene de Dios y lo que es engaño del enemigo? ¿No es acaso un estudio concienzudo de la Palabra lo que nos revela la verdad y nos guía por el camino de la salvación? ¿No es acaso la obediencia a la Palabra lo que nos garantiza la presencia de Cristo en nuestras vidas? ¿No es acaso la perseverancia en la fe y el testimonio vivo del Espíritu Santo que nos impulsa? Si tenemos a Cristo en nosotros y le seguimos lo tenemos todo.
¡Permanezcamos fieles y testificando!
Hasta la próxima edición…
RB por el equipo de HPLE
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