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Reflexión Pastoral: Disciplinas Antiguas que no Envejecen

A mi esposa le encantan los muebles antiguos por lo que de vez en cuando nos escapamos para “shopping Windows” (solo ver, no comprar).  En cierta ocasión le mostré un mueble que me llamo la atención.  Pensé que ella se iba interesar.  Cuando lo vio me dijo: “Este es un mueble viejo pero no antiguo” y agregó: “No todo lo viejo es antiguo”.

El valor de Lo antiguo tiende a incrementarse con el tiempo, pero lo viejo tiende a desvalorizarse.  Lo antiguo se conserva pero lo viejo se desecha.    Lo antiguo se caracteriza por superar las severidades de su entorno; pero lo viejo cede al deterioro  al punto de echarse a perder.

En términos de espiritualidad la ORACION y LA MEDITACION DE LAS ESCRITURAS (LA BIBLIA)  “son disciplinas antiguas que no envejecen”, sino al contrario, han demostrado que son vigorosamente  eficaces para quienes las practican hoy, como lo fueron a quienes echaron mano de ellas hace siglos atrás.

En cuestión a la práctica de estas disciplinas,  Jesucristo – Dios humanizado –  es el máximo referente. A su temprana edad no solo discutió  temas escriturales con los escolásticos de su tiempo, sino también cada acto de su vida fue un cumplimiento de la Escritura (Lc.2:46 y los Evangelios).  Por otro lado, la tercera parte de su ministerio consistió en una vida de espacios y tiempos extendidos de oración (Mt.22:29; Lc. 2:46,47. Mr. 1:35; Lc.5:15,16)

Jesucristo con su vida y enseñanzas nos manifestó que la práctica de estas disciplinas es imprescindible en la vida de aquellos que le seguimos; ya sea en la vida privada o en la vivencia de la comunidad de fe. Concluyentemente NO se puede ser la clase de discípulo que  Jesús quiere que seamos si carecemos de ellas.  (Lc.11:1-13; 22:39-46)

La práctica de estas disciplinas profundiza nuestra relación con Dios y el prójimo.  Levanta nuestros ojos al cielo y nos introduce en la gracia de Dios.  La práctica de estas disciplinas enfoca nuestro corazón y mente en la voluntad de Dios.  Nos afirma en las promesas divinas.  Levanta nuestro ánimo.  Sobre todo, alimenta nuestra esperanza y fe en el Dios que todo lo puede.   La práctica de estas disciplinas nos convierte en personas de perdón y fe, renovadas, apacibles, bondadosas, respetuosas, amorosas, trabajadoras, comprensivas, etc.  (Sl.119:49,50, 165; 121:1; Mr.11:25; Fil.4:6,7)

Como ayer, hoy estas disciplinas antiguas mantienen su vigencia y efectividad ¿Qué esperas para echar mano de ellas diariamente? “Nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra” (Los Apóstoles. Hch.6:4)

Para más información, contacte: Sara Alvarez, Marketing Manager, (800) 348-7468, x 3245, (574) 533-9515, x 3245, sara.alvarez@everence.com.

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