This article was originally published by The Mennonite

Secundino, Plantador de Iglesia Instalador de Pisos y Goleador

Secundino Casas Martínez (un nombre premonitorio), mientras pateamos la pelota me cuenta de sus anécdotas futboleras: cómo perdió por cosas del corazón la oportunidad de jugar en un equipo profesional y que acá en el campeonato local ha quedado dos veces subcampeón y en una vez logró llevarse la medalla del pichichi (goleador). Yo le pregunto sobre el número de goles anotados y él me responde que no se acuerda, respuesta sospechosa porque yo digo: o se debe ser un prodigio en el arte del gol para perder la cuenta, en cuyo caso se hablaría en clave de estimados, por ejemplo: entre 30 y 40 o entre 40 y 50; o por el contrario se debe jugar en una liga con muy pocas alegrías de tal modo que a uno se le olvide de buena gana el número de goles que lo hicieron merecedor de ese reconocimiento.

Día de Servicio.  El lunes se va bien, bajo el buen clima de Tampa. Noche y día. Todos los martes Secundino los aparta para “la obra”, que es un nombre a su vocación de servicio comunitario inspirado en su fe cristiana. El día martes, junto a otros pastores menonitas como Carl y Roy, entregan comida a personas pobres, que son de los menesterosos fabricados en este país, quienes llegan en carro y sin embargo no han podido desayunar en todo el día y ya son las 12 de la tarde.

Toda su familia está comprometida con “la obra”, lo hacen con la misma pasión y dedicación que la que usan para vivir. Su hija mayor, la joven Hendy de 13 años, ya merecedora de una beca del 80% de su universidad, es 100% bilingüe, mexicana y estadounidense; es una de las más comprometidas poniendo al servicio de Dios su conocimiento del español y del inglés y dando clases en la escuela de domingo para los niños más grandes. Puede leer el artículo completo y ver fotos en en este link: http://mennoniteconferencex.org/capitulo-7-2/

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