This article was originally published by The Mennonite

Dejémonos Guiar por Dios – Daniel DeOleo

dixon

Cada decisión que tomamos es impulsada por una idea, está a su vez se ve materializada mediante acciones, cada acción trae consecuencias, ellas pueden ser buenas o malas, por lo tanto, determinan el curso de nuestra vida.

Daniel DeOleo tiene una historia llena de momentos trascendentales donde tuvo que tomar decisiones no basadas en sus sentimientos sino en obediencia hacia Dios, movido por la soberana voluntad de Él para su vida, Dios lo ayudó mostrándole su guía con cada paso que él debía de dar, a través de esta historia se evidencia, la grandeza, magnificencia y el poder de Dios hacia Daniel.

Eran los años donde Daniel apenas era un muchacho que decidió emigrar de su tierra, la bella República Dominicana hacia los Estados Unidos para participar por un año de servicio como voluntario en el programa –Exchange Program International– del Comité Central Menonita, todo un reto pues esto implicaba despedirse temporalmente de su familia, amigos, dejar sus raíces y la comunidad de fe donde servía a Dios, pero él sabía que estaba encaminado en la dirección adecuada, su año de voluntariado transcurrió muy rápido y antes de que este terminara recibió un día una grata sorpresa, la cual era el ofrecimiento de una beca para estudiar en Goshen College, Indiana.

Fue así qué sin dudarlo aceptó dicho ofrecimiento; con esfuerzo, dedicación y disciplina obtuvo un BA en Liderazgo Hispano y Diseño Gráfico, definitivamente este fue un gran paso de fe, dirigido por la mano soberana de Dios. Una vez ya con una carrera universitaria, decidió reenfocarla   hacia la industria del arte con énfasis en diseño gráfico, fueron años muy fructíferos, pero había un constante interrogante en su corazón,  ¿Quiere Dios que yo le sirva? ¿Cómo he de servirle? Todos estos cuestionamientos lo llevaron un día a reflexionar sobre la voluntad de Dios para él, así que decidió buscarlo en oración y lectura bíblica para preguntarle y así poder tomar una decisión trascendental en su vida, aunque esta decisión fuera difícil, y es que ahí decisiones que no son fáciles de tomar aunque Dios nos inquieta también nos da el libre albedrío, la capacidad de juicio y de resolución nunca Dios nos fuerza u obliga a hacer algo como un dictador, Él espera que en esos momentos, donde muchas veces la fe entra en conflicto con nuestros deseos y su voluntad, nosotros escojamos, dejarnos guiar por su mano como un acto de total sumisión y adoración hacia Él.

Hay que aclarar que la carrera que venía desempeñando Daniel, no era una carrera que a Dios le disgustará, todo lo contrario, pues fue el mismo Dios quien abrió las puertas para que él estudiara y se desempeñará en este medio, pero Dios lo estaba llamando para que llevara a cabo otro plan, plan que incluía estar totalmente inmerso en el pastoreado.

En el relato de Daniel, él escogió realizar la voluntad de su Padre celestial, por tal razón escuchó el llamado que Dios venía haciéndole de servirle como pastor, llevando las nuevas de Salvación a muchas personas como el apóstol Pablo lo hizo -plantando iglesias-, dio el paso de obediencia, ofreciendo su servicios y ministerio en la iglesia desde el año 2010.

Asevera que hacer la voluntad de Dios, es obedecer dando pasos de fe, porque Él nos da la capacidad para hacerlo, no es esperar que Él haga lo que a nosotros nos corresponde y así Dios se manifiesta  con su poder sin igual, también afirma que vive una vida de constante  admiración agradecimiento y entrega hacia Dios por haberle dado la oportunidad de llamarlo y permitirle capacitarse mucho más para servirle como un plantador de iglesias en el Distrito de Virginia; su oración es que mediante la responsabilidad  de comprometerse a plantar y cuidar,  él pueda traer más honor, honra y gloria al nombre de Cristo y su iglesia. Adaptación del relato por Adriana Celis

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