El secuestro y desaparición de cuatro líderes Garífunas, miembros de un grupo afro-indígena en Honduras, alarmó un país donde las vidas de activistas están en constante riesgo. Los hombres fueron llevados de sus casas el 18 de julio en la comunidad de Triunfo de la Cruz en la costa norte de Honduras.

La Iglesia Evangélica Menonita Hondureña publicó un pronunciamiento sobre el caso, citando fundamentos bíblicos:

“Que la corrupción en nuestro pueblo ha llegado a lo más bajo. Que es la causa fundamental del empobrecimiento de más del 80% de hombres y mujeres (Óseas 9:9),” dice el pronunciamiento, “Creemos que nuestro Dios es Dios de vivos y que camina con su pueblo, escucha su clamor a causa de la opresión, la injusticia y desea librarlo de la enfermedad, la ignorancia, la pobreza extrema; desea que tenga vida en abundancia (Éxodo 3:7, Juan 10:10).”

Continúa: “Que el silencio y la indiferencia ante los hechos violentos e injustos que afectan a otros en nuestro entorno nos hace cómplices de los mismos (Romanos 1:32). Por tanto: se manifiesta en total solidaridad y apoyo con la lucha del pueblo hondureño… Pedimos a las autoridades competentes, órganos de investigación y poder judicial que se trabaje en la búsqueda y respuesta ante el secuestro de nuestros hermanos garífunas de la comunidad de Triunfo de la Cruz, Tela, Atlántida.”

Esta llamada ha tenido eco también en la comunidad internacional. Amnistía Internacional publicó una alerta de acción y el caso ha sido reportado en sitios prominentes como The Guardian, BBC y Reuters.

La iglesia menonita hondureña invita a sus hermanas y hermanos en Dios unirse en oración, “para que Dios ilumine a los tomadores de decisiones a favor de las mayorías que claman por justicia.”