Este es la historia del Pastor Samuel Moran, quien a través de este relato nos comparte como emigro desde Guatemala a los Estados Unidos.
En el año 1989, el pastor Samuel vivía con su familia en Guatemala su país de origen, siempre con un corazón dinámico y sensible a la voz del Espíritu Santo. Un día recibió una invitación de una Iglesia para trabajar en California, invitación que después de buscar la guía y la dirección de Dios acepto, allí vivió por cuatro años viendo la fidelidad y la misericordia de Dios para con su vida y la de su familia, en un país donde ser emigrante no es nada fácil, en especial con el reto de hablar una lengua diferente a su lengua nativa, lo cual resulta muchas veces difícil, el enfrentarse a un nuevo clima, a nueva cultura a nuevas personas; después de esta temporada en California se muda para la ciudad de Oregón en el estado de Portland, donde acepta la invitación de iniciar una igesia bajo la cobertura de la Iglesia Menonita.
Cuenta que fueron tiempos muy gratificantes ver nacer una igleisa, es como el nacimiento de un hijo, donde con paciencia se enseñan a los nuevos creyentes a conocer del Señor Jesús como Salvador, así como un padre amorosamente y con constancia instruye a su hijo, pero en la vida cristiana y en especial la vida pastoral, siempre se lidia con algunas dificultades en especial cuando la fe es retada. La iglesia que debía plantar nacería desde cero, eso significaba que los recursos para iniciar la obra eran escasos sobre todo cuando los asistentes después de un mes de plantada eran solo 10 personas. A esto se le suma el no tener los documentos de residencia permanente, esto lo angustiaba. El pastor Moran, visualizaba su vida y la de su familia en los Estados Unidos, fueron días de mucho clamar, buscar y esperar en el Señor, solicitando la paz e intervención sobrenatural que solo Él en medio de la incertidumbre más grande pueda brindar.
Por otra parte, se escuchaban fuertes rumores de que agentes de migración estaban cerca, al lugar donde él vivía, lo cual significaba que estaban en busca de aquellos que como él no tenian en regla su situación migratoria. El temor a ser probablemente deportados era grande, ya que él se preguntaba en caso de una deportación ¿Qué pasaría con su familia, con sus hijos e hijas que iniciaban el “Hight School” y vida de adolecentes? Era una constante pregunta que se repetía en sus pensamientos, era una batalla mental entre el miedo y la fe, en que su Dios es poderoso y ante su fuerza y su poder nada es imposible.
Frente a esta constante incertidumbre y en medio del temor, tuvo un sentir. Una mañana, Dios habló a su espíritu por medio la palabra en Romanos 4: 20-22 …”Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios,…” Dios seguiría siendo Señor y esta situación no lo limitaría, ni alejaría de seguir trabajando para lo que el Señor un día lo había llamado.
Fue así como una mañana, vió a Dios obrar por medio de la persona menos imaginada, recibió la recomendación para acercarse a una abogada especializada y con vasta experiencia en casos migratorios. Recibió la asesoría para iniciar un proceso de legalización en el país de las oportunidades, el Pastor cuenta que aprendió aún más a ver a Dios como un padre que tiene cuidado hasta del más mínimo detalle y como dice Deuteronomio 10: 17-1 “…Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho; que hace justicia al huérfano y a la viuda que ama también al extranjero dándole pan y vestido…” Así, Dios respondió e hizo grandes maravillas, obrando en su vida, realizando un trabajo que solo Él mediante su fuerza podía realizar, así que está es nuestra confianza que aun en medio de la noche más oscura, de un desierto o de la tormenta más violenta, Dios sigue siendo Dios y Él obra maravillas y proezas ya que ÉL tiene el poder para hacerlo.
En la actualidad el Pastor Samuel Moran, se encuentra pastoreando la Iglesia Menonita Ministerios Restauración de la Conferencia Pacific Northwest en Portland, Oregón.
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