Como Pastor-Biblista y Logoterapeuta me interesa mucho compartir los diferentes aspectos importantes que han motivado mi vida en el encuentro con el otro/a en el caminar/ aprendizaje del acompañamiento terapéutico personal y comunitario.
La relación interpersonal es un momento y un espacio lleno de muchas oportunidades de encuentro, pero también de sanidad. Por lo mismo, el interés de compartir la experiencia que se vive en las comunidades de fe es tan importante no solo para rescatar y alimentar la confianza para promoverla a una parte importante de nuestras sociedades hoy en día, donde el miedo y desconfianza producidas por la violencia y la corrupción, devienen en desánimo y vacío existencial. Así que, desde mi perspectiva, reflexionar este tema nos inquieta por una parte y nos da esperanza por otra.
- Concepto Comunidad
El concepto comunidad viene de la palabra latina “comunitas”, es un grupo de personas no estructuradas que encuentran un sentimiento de permanencia y de igualdad social.
Para el concepto bíblico de comunidad hay varias concepciones:
- A. Lo más tradicional es que viene de la palabra griega “Koinonia”, tener todas las cosas en común. Aquí, se ha entendido únicamente lo material que no haya entre los que pertenecen a esa comunidad alguna persona que le falte algo. Un espacio donde encuentra sentido de pertenencia.
- B. Existe otra forma de verlo:
- a. Se dice que la palabra Koinonia bien de Koine, que significa común y no solo para cosas, sino para la vida, es decir, la vida diaria, común, cotidiana. Presentarse frente a las otras personas como eres comúnmente.
- b. También existe la palabra koito, que significa conocer profundamente a la otra persona, utilizándose para las relaciones íntimas de una pareja. En estas relaciones no podemos esconder nada, porque es una entrega mutua y amplia donde las cosas que nos eran ocultas se hacen visibles para amabas partes.
Así que, todo esto, podemos entender que las relaciones interpersonales dentro de una comunidad pueden profundizar las relaciones de tal manera que todos y todas puedan conocerse de manera amplia y presentarse mutuamente sin temor alguno tal como se es en lo cotidiano, en el diario vivir.
La vida en comunidad es el título del libro de un gran teólogo alemán de la primera mitad del siglo XX, que nos anima a integrar todos los elementos que en conjunto podemos compartir para abrir espacios de acompañamiento que permiten un mutuo aprendizaje. La comunidad es indispensable para el crecimiento entre todos y todas las participantes que se apropian de la mutualidad.
- La Comunidad como sentido de vida.
Si como resultado del concepto de la creación divina demuestra que la co-existencia entre los seres humanos tiene el objetivo de crear espacios de encuentro-aprendizaje con responsabilidad mutua, ese es la comunidad. Esto da sentido de vida. Al Constatar la finitud humana, nos hace aceptar que ésta representa la oportunidad de construirse frente a los otros/as la comunidad. Así mismo, nos muestra la singularidad que cada uno y una somos cuando nos encontramos. Un encuentro con una gran diversidad de ser humanidad con variedad de rostros, cuerpos, pensamientos, gestos, actitudes, con un enorme espectro de diferencias pero que al mismo tiempo nos percatamos de que estamos contribuyendo al proyecto de hacer comunidad. De lo diferente a lo comunitario.
Comúnmente, se concibe la diferencia como impedimento, obstáculo para el desarrollo de aspectos comunes que interesan a todos y todas. Se dice que es la limitante para crear comunidad. Se ve el encuentro con dolor de estómago, con crisis de hipertensión, con momentos difíciles de nervios y enojos, con niveles de adrenalina enormes para ciertas personas. Para otras, el encuentro, es una oportunidad de crecer, aprender, ser entendido/a, ser acompañada/o, etc.
Desde mi perspectiva, lo que más limita el encuentro comunitario es la diferencia. El ser diferente en la forma de pensar, en la forma de ver el mundo cuando, en el encuentro, se proyecta esa diferencia conceptual de manera que, frente a otro concepto, otra manera de ver el mundo, esa diferencia divide, altera, limita la convivencia entre los diferentes. La diferencia conceptual limita lo comunitario.
Por lo que las emociones se oponen frente a la diferencia del otro/a y se violentan las relaciones en medio de lo comunitario. Ahí es la importancia del sentido, el sentido que da orientación, libertad, sanidad emocional y abre las puertas a lo comunitario. El sentido de estar con los otros/as, sentido de amor, sentido de aprendizaje, sentido de crecer, sentido de pertenencia, así es el sentido. Ese vacío existencial que promueve el límite en lo comunitario para aislarse de los otros/as. Por eso el sentido tiene razón y lugar frente el vacío.
La Comunidad es la que le da sentido a ese vacío, Una comunidad de amor, que profundiza las relaciones y que puede asumir un compromiso hacia sí misma y los/as demás.
Dice Bonhoeffer hablando de lo que en la comunidad se vive: “…la presencia sensible de los hermanos es para el cristiano fuente incomparable de alegría y consuelo”.
Algunos dirán, que eso sería un sueño, una utopía, mientras la comunidad tenga miembros o seres humanos nunca se podrán tener esos espacios para la sanidad personal. Sin embargo, todo está si en las mismas comunidades se quiere asumir este compromiso y desafío en estos tiempos difíciles y complicados donde la violencia, guerra, muerte, racismo, intolerancias y exclusión, la comunidad es el espacio para el sentido de vida.
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