María Teresa, una mujer bondadosa, amable, cariñosa, determinada, exigente, disciplinada, de nacionalidad Colombiana radicada en Miami,  Florida.  Se desempeña en el sector de la banca con énfasis en bien raíz, tiene como principio en su vida el valor y respeto por la educación y este se lo ha inculcado a su única hija y a los alumnos del Instituto Bíblico Anabautista –IBA- bajo la cobertura de la Iglesia Menonita Encuentro de Renovación donde ella es tutora y donde semana tras semana busca como ella mismo lo ha enfatizado, entregar su conocimiento bíblico mediante enseñanzas prácticas de la teológica Anabautista y de poner todo este conocimiento en acción, al impartirle al alumno sus perspectivas, puntos de vista donde los motiva para que investiguen, se apasionen por los temas, se pregunten y den contestación a estos interrogantes y lo más importante disfruten cada lección y desarrollen el conocimiento bíblico que han adquirido lo cual no solo les ayudara en su vida cristiana sino que también les brindará herramientas solidas basadas en la Biblia, en un  mundo cada vez más necesitado del amor y de la reconciliación con su creador.

De las cosas que más le ha impactado sobre ser tutora en –IBA- es haber sido testigo presencial de los progresos en los estudios de sus estudiantes en especial de su hija, al ver la entrega, la dedicación y el profundo deseo de nutrir su conocimiento en la palabra de Dios, ella afirma que esto no tiene precio.

La educación como nunca antes juega un papel determinante en la vida de cada persona, puesto que al poder alcanzar educación de calidad, no solo, se determina que el aprendizaje sea efectivo y eficaz, sino que se traza el futuro y las oportunidades labores en un mundo cada vez más competitivo y más acelerado porque el mundo de hoy en el cual nos tocó vivir ha cambiado, esto se siente en los aires, en la forma de las personas expresarse y en especial de comunicarsen; la inmediatez que la tecnología nos ofrece la podemos encontrar alrededor de donde estemos, pero en un mundo cada vez más acelerado, competitivo, interesado y egoísta donde compartir el conocimiento y brindar educación de calidad cuesta un alto precio ya que este es poder, poder para realizarse como un ser humano de bien, de éxito, acceder a buenos cargos laborales y tener una posición de privilegios en la sociedad, para vivir en total plenitud, entonces con base en la anterior cuestionamiento surgen interrogantes ¿Todos los tutores y maestros, ejercen esta labor por interés propio o por qué buscan un beneficio para la sociedad? ¿son todos los tutores, buenos, es decir, buscan dar lo mejor de sí?

Pues bien, algunos solo lo hacen como una obligación que debe ser cumplida, puesto que es su labor y la funcionalidad en ella contenida es el único argumento válido, gústeles o disgústeles esa labor, pero hay personas que se dedican a este oficio, por pasión y por el profundo deseo de entregar y contribuir para que otras personas alcancen el tan llamado tesoro del siglo 21 impartir conocimiento que es poder.