Fe en la frontera

Encuentro de migración de las iglesias anabautistas Colombia-Ecuador

Participantes del encuentro de migración. Foto por Jonathan Minchala Flores Participantes del encuentro de migración. Foto por Jonathan Minchala Flores

Aprendemos el sabor de la salvación en las comidas, en las fiestas que alimentan nuestro anhelo de la hospitalidad de Dios para romper nuestras formas mundanas de inhospitalidad.

Isaac Samuel Villegas

 

No temo a las fronteras cerradas,

ni a los muros que tantos insisten en construir.

Temo la frontera de un amor incapaz de incluir,

los límites de una compasión que no abraza,

los muros de una solidaridad que esconde la mano,

las puertas de miradas que odian, juzgan y condenan.

Migrantes

 

Creo en el Espíritu Santo, el migrante eterno del reino de Dios entre nosotros, quien habla todas las lenguas, habita todos los países y reúne a todas las razas.

El credo del migrante

 

En las paredes y puertas de la sala principal de la reunión se colgaron sábanas, mochilas, ropa de bebé, jeans rotos y pantaloncillos desteñidos. Cuando se preguntó qué nos hacían pensar estas prendas, algunas personas respondieron rápidamente: en la pobreza y escasez en la que viven muchos migrantes y refugiados, y en la situación precaria en la que viajan muchos niños y niñas migrantes.

El Proyecto de Atención al Migrante (P.A.M.) de las Iglesias de los Hermanos Menonitas del Valle del Cauca, apoyado por el Comité Central Menonita en Colombia, realizó un encuentro de migración en el marco de Iglesias Anabautistas Colombia-Ecuador, que duró 3 días en la ciudad de Cali. 

Luz Stella, del proyecto P.A.M., abrió el encuentro citando un versículo que no habla simplemente de tolerar al migrante, sino de amarlo y que, además, apela a nuestra propia condición de extranjeros. Levítico 19:34:

“Trátenlo como a uno de ustedes; ámenlo, pues es como ustedes. Además, también ustedes fueron extranjeros en Egipto”.

Además del grupo organizador, participaron: el Proyecto pastoral para Migrantes Venezolanos (P.P.M.V.) de la Iglesia Menonita de Teusaquillo, el Proyecto ayuda humanitaria para refugiados venezolanos en el distrito de Riohacha, en La Guajira, de la Iglesia Menonita de Riohacha, y el Proyecto para personas refugiadas y migrantes en Quito de la Iglesia Cristiana Menonita de Quito. Estuvieron presentes también algunas participantes del programa Semilla de Colombia, el equipo de Proyecto monitoreo evaluación y reporte de CCM Colombia y una delegación de la Costa Este de CCM USA que trabaja en temas de migración. Más de 30 personas estuvimos reflexionando, orando, cantando y compartiendo experiencias del trabajo con personas en movilidad humana.

La primera pregunta que se nos planteó fue: ¿Cómo la iglesia responde al fenómeno de la migración que cada día va en aumento? Y, como dice Mabel Moraña, es una problemática que “está en la raíz misma de lo que somos y del mundo que queremos construir” (Moraña 2021, p. 28). Este acercamiento no solo fue teórico y teológico, sino muy práctico y pasional, donde se cuestionó nuestro quehacer cotidiano en nuestros lugares de servicio, y nuestra identidad como ciudadanos herederos de la modernidad y fieles servidores del estado-nación y defensores de la patria. Porque, tal como Mabel Moraña afirma, “el tema de la migración compromete, sin duda, el campo económico y social, pero es, quizá, ante todo, un tema esencialmente ético y político, que es imposible enfrentar de manera puramente objetiva y desapasionada”. (Moraña 2021, p. 28)

El encuentro también tuvo talleres sobre red-observatorios de migración y temas de autocuidado. Además, se realizaron presentaciones sobre cada proyecto y algunos actos simbólicos y litúrgicos que nos recordaron que no hay separación entre nuestra fe y nuestro obrar social, que la espiritualidad no está desligada de nuestra cotidianidad y del sufrimiento de los oprimidos, y que sería imposible realizar este trabajo sin contar con un equipo y una comunidad.

Soñar con un mundo donde las personas puedan sentirse seguras, con dignidad y disfrutando una vida plena, es querer hacer realidad la profecía de Isaías:

“En el monte Sión, el Señor todopoderoso preparará para todas las naciones un banquete con ricos manjares y vinos añejos, con deliciosas comidas y los más puros vinos.” (Isaías 25:6)

Nos recuerda las palabras de Isaac Samuel Villegas cuando dice, siguiendo al profeta Isaías, que la salvación “parece una comida, una fiesta abundante, donde la gente de todas partes se une” (Villegas 2025, p. 37).

Hay varias razones por las que las personas migran: para buscar mejores oportunidades para sus hijos e hijas, para buscar trabajo, por seguridad, etc. También hay muchas formas de migrar, atravesando desiertos, bosques, selvas y océanos. Y también muchas maneras en las que proyectos como los que vamos a presentar acompañan y sirven a las personas migrantes.

 

El Proyecto de Atención al Migrante (P.A.M.)

Este proyecto tiene como objetivo que “las familias migrantes desplazadas mejoren su calidad de vida por medio de ayuda psicoespiritual y el acceso a actividades generadoras de ingresos”. El programa cuenta como varios ejes de trabajo: acompañamiento psicoespiritual, económico y laboral y de redes de apoyo. Solo en Cali hay un promedio de 120 mil migrantes, quienes en su mayoría son de Venezuela.

Un tema que todos los proyectos han puesto especial énfasis ha sido la salud mental. Los migrantes que participan en este proyecto tienen atención psicológica durante todo el año. Además de entregar mercados, las personas del proyecto se cuidan de no caer en un enfoque y trabajo asistencialista, sino caminar junto a los y las migrantes y ayudarles por medio de entrega de insumos para que puedan emprender por medio de la venta de ropa, alimentos, etc. Es por esto que también ponen especial atención en dar talleres, capacitaciones y realizar ferias de emprendimientos. Estos talleres no solo se realizan a personas adultas, sino que se adaptan los temas para incluir a los niños y niñas.

 

El Proyecto Pastoral para Migrantes Venezolanos (P.P.M.V.)

Actualmente, en Colombia hay 2,8 millones de migrantes y la quinta parte está en Bogotá. Este proyecto tiene como objetivo que las familias migrantes que participan del programa “fortalezcan su resiliencia frente a la situación que están enfrentando y logren mayor integración y bienestar integral”.

El proyecto pastoral lleva funcionando 6 años, apoyando a más de 80 familias por año. Empezó brindando apoyo con alimentos, arriendos y gastos médicos, luego, debido a que muchos migrantes viven en “paga diarios”, lugares muy peligrosos donde se alquila un espacio para dormir diariamente, el proyecto decidió apoyarles con arriendo mensual para que se cambien a una zona más segura, especialmente para los niños y niñas. En su caminar, acompañando a personas migrantes, implementaron el apoyo psicosocial y legal para que así puedan conocer sus derechos fundamentales y migratorios.

Este proyecto ha beneficiado a madres solteras y embarazadas, algunas pertenecientes a la etnia Wayu, familias que enfrentan crisis médicas y niños con diferentes tipos de discapacidades, y también ha brindado apoyo a migrantes con hijos retenidos por el Bienestar Familiar. Además, ofrecen un espacio seguro para la escucha activa, a través de encuentros mensuales y retiros de integración. Estos espacios buscan fortalecer a las familias, su fe, su autoestima y su integración en la iglesia. Sandra, la coordinadora del proyecto, lo resumen de la siguiente manera: acoger y acompañar a las familias, demostrar amor, escuchar, valorar, despertar la fe y la proactividad en las personas.

 

Proyecto con personas refugiadas y migrantes en Quito-Ecuador

Este programa se inició en el año 2002, con la dirección de pastores colombianos, donde trabajaron con población desplazada debido a la violencia en Colombia. La mayoría de las personas refugiadas y migrantes en Ecuador viven del comercio informal, lo cual no es suficiente para cubrir sus necesidades básicas. Por esto, como iglesia tomaron la decisión de entregar canastas de amor, brindar apoyo psicológico, apoyo a pequeños emprendimientos, orientación integral y también proveer espacios de acogida y refugio. A las familias se les entrega 6 kits de alimentos anualmente, se les ofrece la entrega de mercados por cuatro meses aproximadamente, beneficiando a más de 200 personas cada año. Además, se hacen entregas de kits escolares a alrededor de 700 a 1000 niños y niñas.

Se implementó también la confección de pañales ecológicos de tela, elaborados con colaboración de personas migrantes, reforzando así su compromiso con el medio ambiente y el buen vivir de los pueblos.

Además de los recursos materiales, como Iglesia están dictando talleres sobre construcción de la paz, nuevas masculinidades y en algunas ocasiones unen fuerzas con organismos internacionales como HIAS Y RED. Inclusive han realizado talleres en el Centro de Orientación Juvenil Virgilio Guerrero con jóvenes privados de la Libertad. Es un proyecto con orientación integral, como dicen las coordinadoras: llenar la panza, el corazón y la mente y pararse juntos para reclamar los derechos.

 

Proyecto ayuda humanitaria para refugiados venezolanos en el distrito de Riohacha. La Guajira

Este proyecto tiene como objetivo mejorar el estado nutricional de (niños, niñas, adolescentes, jóvenes, mujeres gestantes y lactantes), y brindar acompañamiento psicosocial para fortalecer el bienestar emocional, psicológico y social de la población migrantes venezolana establecidos en Riohacha, La Guajira.

Inició en el año 2018. Con la primera llegada masiva de migrantes venezolanos a Riohacha, la iglesia abrió sus puertas para apoyar a los migrantes proveyéndoles alimentos y hospedaje. Al principio, albergó a más de 150 personas, entre ellos, niños, niñas, adolescentes y adultos. Ahora funciona el comedor para migrantes venezolanos y también se dan talleres formativos y educativos, encuentros de saberes y estudios bíblicos. Muchas de estas familias beneficiarias se dedican al reciclaje y únicamente les alcanza para una comida al día, por lo que se están realizando emprendimientos con madres, jóvenes y adolescentes de familias para así potenciar el ingreso de sus recursos económicos.

Finalizamos el primer día con un acto litúrgico donde, Naty Vaca y Etel Salas nos guiaron alrededor de una mandala de frutas para orar y hacer una lectura comunitaria de compromiso alrededor del trabajo por la justicia y el acompañamiento a personas migrantes.

“Señor Jesús, hoy tú nos llamas a acoger a miembros de la familia de Dios que llegan a nuestra tierra escapando de la opresión, la pobreza, la persecución, la violencia y la guerra. Como tus discípulos, nosotros también estamos llenos de temor y dudas, y en muchas situaciones construimos barreras en nuestras mentes y corazones.

Señor Jesús, ayúdanos por tu gracia y amor a,

Todxs: A erradicar todo miedo de nuestros corazones, para que podamos acoger a cada uno de tus hijos como nuestro propio hermano y hermana;

Etel: A darle la bienvenida al migrante y al refugiado con alegría y generosidad, respondiendo a sus muchas necesidades;

Todxs: A darnos cuenta de que tú llamas a toda persona a tu montaña santa para conocer los caminos de paz y justicia;

Para terminar este acto litúrgico, entonamos juntos y juntas una canción de Santiago Benavides, para las personas migrantes, titulada, “Yo sigo aquí”:

“Y cuando fuiste a hacer las vueltas de los papeles de residencia

Y te dijeron con cierta mueca que ya pasabas de los 40

Y aquella vez cuando te trajeron ese café con olor a tierra

Y al prepararlo te entró de pronto la lloradera

Yo estaba ahí, llorando contigo, sosteniéndote, alentándote y llenando tu corazón de fe”

 

El segundo día del encuentro, Sandra y Erlinda, de la Iglesia Menonita de Riohacha, abrieron las actividades con un devocional que se centró en el relato de Moisés guiando al pueblo de Israel en el desierto. Leyeron la vida de Moisés a la luz de las vivencias de muchas personas migrantes que actualmente están dejando sus países y nos recordaron que nuestro Dios es un Dios migrante.

Después del devocional escuchamos otra vez la intervención de los proyectos, pero esta vez hablando de casos concretos con personas y familias que han sido beneficiarias de los programas y que consideran que han sido “casos de éxito”. Alexandra Meneses, del proyecto de Quito, propuso que no se piense desde la lógica del éxito, sino en torno al testimonio.

Hablar de “éxito” puede ser muy problemático porque puede situarse desde una lógica neoliberal del coaching, la autoayuda o la gestión empresarial y, además, puede romantizar la situación muy compleja a la que se enfrentan las personas migrantes y que no necesariamente se soluciona con el trabajo que realizan las ONGs, ayudas humanitarias, proyectos de atención al migrante o incluso con cambios legislativos. La migración es un fenómeno mundial que se debe trabajar a nivel regional y no segmentarnos más desde políticas por países, como afirma Gerardo Cruz González del CELAM y profesor de la UNAM, en el panel sobre migración organizado por CLACSO en Bogotá. ¿Cómo se mide el “éxito” cuando ni los propios ciudadanos de cada país pueden acceder a una vida digna donde se les proporcione salud, educación y seguridad? ¿Cómo podemos medir el “éxito” cuando, como menciona Alexandra Meneses, la poca ganancia que van teniendo las personas migrantes al ver surgir su negocio, se les va en la primera enfermedad que tengan porque no tiene seguro médico? ¿Cómo medimos el “éxito” cuando lugares como Ecuador son países de tránsito y las personas migrantes no quieren quedarse ahí, sino ir a otro país? ¿Cómo medimos el “éxito” cuando las personas migrantes tienen que dar las ganancias del día a los extorsionadores o huir de un posible reclutamiento?

Sin embargo, hablar de testimonios, nos ayuda a dar cuenta del trabajo y el efecto positivo a nivel personal o familiar, que evidencia que es posible relacionarnos con el otro migrante de una manera diferente a como nos muestran algunos medios de comunicación y las redes sociales. Además, son en estas prácticas más locales donde podemos operar y exponer al poder que criminaliza a las personas migrantes y enfrentar los prejuicios y discriminación. Creo que lo que estas Iglesias y proyectos están haciendo funcionan como líneas de fuga frente al poder estatal que mantiene un sistema dominado por el miedo al diferente, la aporofobia y la xenofobia. Como nos recuerda Mabel Moraña, las líneas de fuga disgregan la idea de lo nacional:

“Subvierte el orden de la dominación capitalista y neoliberal, rasgando el tejido social y llamando a un reordenamiento radical de sus tramas políticas, sociales y económicas. Si las fronteras constituyen las demarcaciones del poder, la pulsión del deseo las intercepta, desafía y atraviesa. La fuerza de lo subjetivo aparece como energía política que no puede ser desarticulada por efectos de la codificación securitaria” (Moraña 2021, p. 24).

Se invitaron a dos personas de Venezuela, Elizabeth y David, para que compartan sobre los emprendimientos que han realizado apoyados por el proyecto P.A.M. Elizabeth tiene un emprendimiento de cartucheras, gorras y lencería y David un emprendimiento de venta de queso. David mencionó que más que beneficiados se siente bendecidos por la ayuda recibida. También se escucharon testimonios de personas refugiadas de Colombia, que ahora se encuentran en otros países de Europa, y de personas migrantes que se sienten agradecidos y agradecidas por el recurso material que le proveen, por los talleres y capacitaciones y por sentir que no están solos en medio de todos los desafíos que se encuentran al migrar.

El equipo de CCM en la Costa Este colabora con varios programas de migración en New York, en el sur de la Florida, Filadelfia, Centro Sur de Pensilvania, Portland y Puerto Rico. Algunos de estos programas trabajan con organizaciones aliadas y otros directamente con Iglesias Anabautistas o de otras denominaciones. Muchos de estos programas apoyan emprendimientos de personas migrantes, otros centran sus esfuerzos en ayudas legales como solicitudes para asilo político, talleres para que las personas conozcan sus derechos en el caso que tomen preso a una persona migrante, un plan en caso de deportación, ajuste de estatus migratorio, víctimas de violencia intrafamiliar, etc. Otros de los programas tienen Iglesias Santuarios, que funcionan como un lugar de refugio para migrantes que son perseguidos. CCM también apoya con recursos materiales, en Puerto Rico, donde muchas de las personas migrantes vienen de Haití, pasando por Republica Dominicana y las ayudas de CCM llegan a la Parroquia San Mateo de los Cangrejos, en San Juan, donde el Padre Haitiano Olin Pierre Louis acoge a muchas personas migrantes. 

Rolando Flores, del Centro Sur de Pensylvania, trajo a la mesa, un tema que a veces es muy complicado de tratar al interior de comunidades de fe que trabajan en programas de ayuda al migrante. Mencionó que varias personas le han preguntado si invita a las personas que ayudan en el programa migratorio a la iglesia y él mencionó que su trabajo no es salvar a nadie, es ser las manos y pies de Cristo, y que dar recursos, nos pone en una situación de poder, es decir, si le pedimos a las personas beneficiarias que vengan a la iglesia, lo más probable es que se sentirán presionados para asistir. Esto se vuelve mucho más complicado si tenemos en cuenta que muchos migrantes con los que trabajan son personas musulmanas.

Además de las presentaciones sobre los proyectos y los talleres, el encuentro estuvo impregnado de liturgia y arte, donde constantemente se interpelaba a nuestro cuerpo, emociones y deseos.

Se compartió un poema titulado Home, escrito por la poeta y editora somalí Warsan Shire, donde se leen los siguientes versos:

 

“…nadie se va de casa a menos que

La casa sea la boca de un tiburón

solo corres hacia la frontera

cuando ves que toda la ciudad corre también

 

tus vecinos corren más rápido que tú

aliento ensangrentado en sus gargantas

el chico con el que fuiste al colegio

que te besó mareado detrás de la vieja fábrica de hojalata

empuña una pistola más grande que su cuerpo

sólo te vas de casa

cuando casa no te deja quedarte.

 

nadie se va de casa a menos que la casa te persiga

fuego bajo los pies

sangre caliente en tu vientre

no es algo que hayas pensado hacer

hasta que la cuchilla quemó amenazas en

tu cuello

e incluso entonces llevaste el himno bajo

tu aliento

sólo rompiendo tu pasaporte en los lavabos de un aeropuerto

sollozando mientras cada bocado de papel

dejaba claro que no volverías.

 

tienes que entender,

que nadie mete a sus hijos en un barco

a menos que el agua sea más segura que la tierra

nadie se quema las palmas de las manos

bajo los trenes

bajo los vagones

nadie pasa días y noches en el estómago de un camión

alimentándose de papel de periódico a menos que los kilómetros recorridos

signifiquen algo más que el viaje.

nadie se arrastra bajo las vallas

nadie quiere ser golpeado

compadecido…”

 

El pastor Pedro Stucky estuvo a cargo del devocional del último día del encuentro. Abrió con dos canciones que se centraron en el amor cristiano, en la construcción de paz y el trabajo por la justicia. La primera es una canción atribuida a Menno Simons, titulada “La fe de Cristo”. Una parte de la canción dice:

“La fe de Cristo se muestra en las obras

dará ropa al desnudo, consolará al triste

y dará al hambriento pan y al pobre recibirá”

 

 Otra de las canciones que cantamos juntos fue “Le conocéis” donde uno de estrofas dice:

“Su nombre es el señor y está desnudo
La ausencia del amor hiela sus huesos
Y muchos que lo ven pasan de largo
Seguros y al calor de su dinero

Con nosotros está y no lo conocemos
Con nosotros está, su nombre es el señor”

Luego compartió con nosotros un cuento para niñxs escrito por León Tolstoi, titulado “Martín, el zapatero”. El cuento es sobre la historia de un zapatero que después de perder a su esposa e hijos pierde su sentido de vida y su fe. Luego de un sueño, donde el propio Cristo le dice que lo va a visitar, el zapatero recibe la visita de varias personas y él los acoge y los alimenta sin saber que estaba recibiendo al propio Cristo en ellos.

En la parte expositiva de las Escrituras, el pastor hizo un recurrido bíblico de las personas migrantes desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento. Explico que esta tierra donde vivimos ahora es prestada y le pertenece a Dios. Nos habló del exilio de Caín, la partida de Abraham de su tierra natal, de Jacob huyendo de la muerte, del pueblo de Israel en el desierto y de Jesús en la tierra de Egipto.

Uno de los últimos talleres lo recibimos de parte del pastor Francisco Mosquera, titulado “¿Cómo hacer una red observatorio-migración?”. Realizamos una actividad donde se colocaron en unas hojas de colores con formas de manos, el nombre de cada persona, el proyecto con el que trabaja y el país donde proviene y las colocamos en el piso formando una red. Luego reflexionamos sobre cómo se puede seguir trabajando juntos y uniendo esfuerzos. Salieron algunos conceptos e ideas: diferencia, trabajo en conjunto, diversidad, colaboración, energía, complejidad, fuerza, dependencia, ánimo, unión, creatividad, cooperación, refugio, igualdad, cariño, confraternidad.

Terminamos este espacio con algunas canciones del cantautor Colombiano Santiago Benavides, las conocidas canciones dentro del mundo cristiano “De nada me vale” y “Mira dime dónde”, evocan la respuesta de Caín, después de haber matado a Abel, cuando Dios le pregunta: “¿Dónde está tu hermano?”.

Creo que podría resonar con fuerza en muchos de nosotros que hemos estado en Iglesias que no quieren ver y hacer algo por el sufrimiento y las injusticias de este mundo:

Esquivamos la mirada porque en el fondo
Sabemos que hay sangre derramada por el envanecimiento
[…]
Y eso qué tiene que ver conmigo, nos preguntamos
Si yo no tuve la culpa, yo no hice nada malo
Pero no puedo evitar pensar que así razonamos
Y es Caín que vuelve y dice no soy guarda de mi hermano

La última charla bíblica vino de parte de la Iglesia Cristiana Menonita de Quito, donde reflexionamos sobre cómo seguir caminando en el amor y la justicia de Dios. Citaron Salmos 146:9:

El Señor protege a los extranjeros y sostiene a los huérfanos y a las viudas, pero hace que los malvados pierdan el camino.

Y nos recordaron que acoger a las personas migrantes “no es una obra meramente humana, sino el reflejo del corazón de Dios que defiende a los vulnerables”.

Terminamos el encuentro orando en parejas y tomando la Cena del Señor alrededor de un camino con hojas secas que simbolizaba nuestro andar en comunidad.

A través de estos proyectos impulsados por iglesias anabautistas, podemos ver que, a pesar de la distancia, raza, etnia, idioma, cultura, etc., nos convoca un mismo sentir: “el amor al prójimo”. Pero ¿quién es mi prójimo?, es aquel caminante que vaga con rumbo al encuentro de una mejor condición de vida. Nuestra fe, si es una fe viva, nos debe mover a servir a nuestro prójimo, como dice Santiago 2:20. Y el mejor ejemplo del servicio lo vemos claramente en el señor Jesucristo, quien cuando estuvo en el mundo siempre ayudó a quienes lo necesitaban sin hacer distinción de personas. La invitación de Jesús es vengan y vean (Juan 1:39). Cuando aceptemos la invitación de Jesús de ir y ver, nunca más seremos los mismos frente a las injusticias y sufrimientos de nuestros hermanos y hermanas migrantes.

Así como la señal de la salvación no es “la procesión romana sino el insignificante nacimiento en un establo de un niño envuelto en pañales” (Londoño 2014, p. 44), la salvación tampoco puede ser vista solo desde un marco legal siguiendo a San Anselmo o Juan Calvino, sino, tal como afirma el teólogo menonita Isaac Villegas en su nuevo libro “Migrant God” (Villegas 2025, p. 41), como “un banquete de arroz con pollo y jugo de sandía”, que es compartida juntos a los y las migrantes en iglesias y fundaciones que los acogen antes de cruzar las fronteras.

 

Coautora:

Pricila Miguel Camposeco, de Huehuetenango-Guatemala. Cuarta hija de siete hermanos. Participante del programa Semilla Colombia del CCM. Acompaña a la Iglesia Menonita de Riohacha, trabajando con jóvenes y adolescentes migrantes venezolanos.

 

 


Bibliografía:

Benavides, S. (2019, marzo 21). Santiago Benavides – Mira Dime Dónde (Audio Oficial). YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=FK90kUy7O_A

Benavides, S. (2018, octubre 22). Santiago Benavides Ft. Aleja Rodriguez – De Nada Me Vale (Video Oficial). YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=dKZhiwlnstw

Bible Gateway. (2015). Dios Habla Hoy.

Carvalhaes, C (2020). Liturgies from Below. Nashville: Abingdon Press.

Cantoral. (2020, marzo 18). Con nosotros está. Coroscatolicos.com. https://www.coroscatolicos.com/con-nosotros-esta/

Conexión Migrante. (2018, octubre 24). CREDO INMIGRANTE – Conexión Migrante. https://conexionmigrante.com/2018-/10-/24/oracion-para-los-migrantes/

  1. Vijver & E. López, Eds. (2014). Creer en la reconciliación. Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana.

Iglesia Menonita Teusaquillo. (2021, marzo 7). La Fe de Cristo. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=Wp5affwUpkY

Moraña, M (2021). Líneas de fuga. Ciudadanía, frontera y sujeto migrante. Madrid: Iberoamericana.

Shire, W. (2023, mayo 12). Home. Best-Poems.net; Best Poems Encyclopedia. https://www.best-poems.net/warsan-shire/home.html

Villegas, I.S. (2025). Migrant God. A Christian Vision for Inmigrant Justice. Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing Co.

World, A. (2021). Alabanza y Liturgia – Santiago Benavides, parte 2. Merienda Menonita. https://meriendamenonita.fireside.fm/67

 

 

Jonathan Minchala Flores

Jonathan Minchala Flores estudió grado y posgrado en comunicación, literatura y estudios de la cultura. Actualmente está haciendo un Doctorado Read More

Pricila Miguel Camposeco

Pricila Miguel Camposeco, de Huehuetenango-Guatemala. Cuarta hija de siete hermanos. Participante del programa Semilla Colombia del CCM. Acompaña a la Read More

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