El 27 de abril será un día recordado y conmemorado durante muchos años por venir como el día en que C. René Padilla partió a la presencia del Señor. René falleció a los 88 años luego de un deterioro físico prolongado y un breve episodio cardíaco, según el anuncio de la Funcación Kairos, dejando un legado inmenso en la teología global luego de haber dedicado su vida a una pregunta que le hizo un profesor en el último año de la escuela: “¿qué hacen los cristianos en cuanto a la justicia social?”.
René Padilla nació en Ecuador en 1932. Su padre era sastre y tuvo que mover a su familia a Colombia en búsqueda de mejores condiciones de vida. René volvió a Ecuador a terminar sus estudios de secundaria y fue allí donde un profesor de filosofía le hizo la pregunta sobre la justicia social y el cristianismo a todos los alumnos, la cual derivó en un total silencio en el aula. Luego, sabiendo que René era parte de la iglesia Protestante, el profesor le preguntó directamente a él la opinión de los protestantes respecto a la justicial social. René les cuenta a Peter Wigginton y a Jonathan Minchala, en el episodio de Merienda Menonita, que él nunca había escuchado nada sobre ese tema en su iglesia por lo que al salir de la escuela fue a una librería cristiana en Quito a buscar algún libro que brindara alguna respuesta. “No encontré nada, nada, nada”, comenta René en la entrevista, pero esa inquietud fue el motor que generó en René una vida dedicada a la teología. Eventualmente, esto lo llevó a tener el privilegio de estudiar filosofía y teología en en niveles de grado y posgrado en Wheaton College, siguiendo con estudios doctorales en Ciencias Bíblicas en la Universidad de Manchester.
El trabajo incansable René por la teología latinoamericana lo llevó a tomar una infinidad de roles. La Fundación Kairos, en el anuncio de su fallecimiento lo describe como discípulo fiel, pensador atrevido, papá, esposo, pastor, teólogo, predicador de justicia, anciano maestro. También fué un gran autor y editor de una enorme cantidad de publicaciones. Lideró diversas organizaciones cristianas, por ejemplo, fué Secretario general de la Comunidad Internacional de Estudiantes Evangélicos para la América Latina, Presidente de la Unión Bíblica en Argentina, Secretario General de la Fraternidad Teológica Latinoamericana, Presidente de la Fundación Kairos, entre otras. Carlos Martinez Garcia le dio el título de siervo de la palabra. Todo esto puede ser resumido en las palabras de Miroslav Volf quien lo describió como “uno de los héroes de la historia de la iglesia moderna”.
La primera vez que me encontré con René Padilla fue cuando mi padre me introdujó el libro Misión Integral: Ensayos sobre el Reino de Dios y la Iglesia donde René argumenta que la responsabilidad social y la evangelización son componentes indiscutibles del compromiso cristiano. René no solo tuvo una influencia intelectual en mi vida, sino espiritual y personal, porque fue a través de una charla dictada por René en un campamento de la Asociación Biblica Universitaria Argentina sobre el tema contracultura cristiana, que mi padre, Luis Acosta, se acercó por primera vez al cristianismo. Durante el año posterior a la conferencia, mi padre participó de estudios bíblicos liderados por Catharine Ruth Feser Padilla, esposa de René. En el mismo campamento, un año después, en otra charla dictada por René sobre la cosmovisión cristiana, fue que mi padre tomó la decisión de seguir a Jesús. Esta historia muestra como René fue no solo un teologo reconocido internacionalmente, sino que en su vida personal, a través de su familia, hospitalidad y calidez, practicaba lo que predicaba.
Numerosos artículos se han escrito este último tiempo sobre la teología de René Padilla, pero uno de las marcas donde René demostró su rol profetico, fue como editor y director de la Revista Certeza. Carlos Martinez García comenta que “Padilla conjuntó autores que desentrañaban temas candentes cada trimestre y tenían por objetivo dialogar con las interrogantes y convicciones de la convulsionada América Latina de los años sesenta y setenta del siglo XX.” Hace ya cincuenta años la revista Certeza invitaba a los cristianos a la reflexión teológica sobre temas que aún el día de hoy son relevantes como la represión policial, marxismo, socialismo, suicidio, violencia, entre otros. Esto demuestra porque David Swartz lo describe como un enfant terrible, alguien brillante, rebelde y transgresor que estaba siempre a la vanguardia.
Durante sus años de vida, René cultivó multiples relaciones con el mundo anabautista. En Merienda Menonita el se describió como un evangélico ecuménico, lo cual le permitió establecer relaciones personales y profesionales con comunidades de todo el espectro cristiano. “Basicamente, mi posición es anabautista”, comenta René en Merienda Menonita al responder sobre la influencia del anabautismo en su propia reflexión teológica. Luego explica la relación entre bautistas y anabautistas, y como la separación entre iglesia y estado, junto con el bautismo de adultos, fueron ideas fundamentales al comienzo de ambos movimientos lo cual llevó, en ambos casos, a persecución. Ryan Gladwin, Profesor Asociado de Ministerio y Teología en la Universidad de Palm Beach y quien estudió las diversas corrientes de teología protestante latinoamericana, nos comenta que se ve una clara conexión entre René Padilla y el anabautismo respecto a la eclesiología y a la idea de la iglesia como un instrumento de cambio social.
Además de multiples relaciones personales con teologos y miembros de comunidades anabautistas, René contribuyó un ensayo en el libro Discipulado y Liberación: La teología de la liberación en perspectiva anabautista editado por Daniel Schipani, Profesor Emérito de Cuidado Pastoral y Consejería en el Seminario Bíblico Menonita Anabautista. Otra conexión importantes digna de mencionar, es que René fue promotor de la teología latinoamericana argumentando que no podemos responder a preguntas locales con pensamientos originados en otros contextos. Esta idea de una misión que fomenta la reflexión teológica local puede verse conectada con el modelo alternativo de misión detallado en el libro Misión Sin Conquista, escrito por el Equipo Menonita del Chaco Argentino, donde sus miembros mantuvieron relaciones cercanas con René.
Han aparecido una gran cantidad de artículos y publicaciones en redes sociales desde que René Padilla se fue a la presencia del Señor, y muchos más son necesarios porque su legado es gigante. Pero si bien él ya no está entre nosotros, nos queda el desafio que su vida y obra nos dejan y que él definió de la siguiente forma: “Ser un discipulo radical es absolutamente esencial. Y qué es lo esencial en el discipulo radical? Un compromiso como el de Cristo Jesús. Amar a Dios sobre todas las cosas, vivir ese evangelio, y amar al prójimo como a ti mismo…especialmente entre la gente más necesitada. Ese es, y sigue siendo, el desafío para todo cristiano, vivir como Cristo vivió.”
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