A Solas Con Dios es un Desafío que reta a los creyentes a comprometerse a doce semanas de intimidad con Dios a través de la oración. Doce Semanas en las cuales se afirma que se “transformará la vida de cada participante.”
Iniciará el lunes 13 de mayo para personas de Sudamérica.
Samuel y Orfilia Ministries están lanzando la experiencia de 12 semanas de comunión a Solas con Dios: El Desafío para los países de Sudamérica. La participación es individual y gratuita. La única condición es que los participantes se comprometan a tener un tiempo de oración por 12 semanas sin desmayar.
Para Jesús orar cada día, mantener comunión con su Padre era una acción impostergable y ahora es tu oportunidad de hacer lo mismo.
A Solas Con Dios – 12 semanas de intimidad con Dios (ver video)
¿Cómo surgió el Desafío A Solas con Dios?
El Desafío, fue puesto en el corazón del pastor Samuel Moran hace unos 8 años atrás y en respuesta a su oración, en la cual le pedía al Señor una alternativa para cultivar la disciplina de oración en la vida de los miembros de la iglesia Ministerios Restauración, de la cual es pastor. Así surgió A Solas con Dios: el Desafío, una experiencia de la que han participado miles de personas en diferentes lugares del mundo.
Esta disciplina espiritual surgió basada en el estilo de vida de oración de Jesús, el Maestro, fundamentado en el mandamiento dado a sus discípulos en Mateo 6.6:
“Pero tú, cuando ores, apártate a solas, cierra la puerta detrás de ti y ora a tu Padre en privado. Entonces, tu Padre, quien todo lo ve, te recompensará” (NTV).
- Es, así como nace “A Solas Con Dios, el Desafío”, en el cual el participante acepta el reto de consagrar diariamente, durante doce semanas, un tiempo específico para la oración a solas.
- Arrancando, la primera semana con cinco minutos de oración y cerrando con sesenta minutos en la semana doce.
- La experiencia de los que han realizado el Desafío ha sido maravillosa, con testimonios sorprendentes, conmovedores y sobrenaturales.
Siga las publicaciones de los pastores Orfiria y Samuel Moran líderes de este ministerio:
Instagram: @samuel_y_orfilia_ministries
Facebook: @PastorSMoran
Vea el video de presentación de A Solas Con Dios – 12 semanas de intimidad con Dios y lea el capítulo 47 de Ezequiel.
Usted puede formar parte de esta experiencia de comunión personal con el Señor, y también invite a su familia y amigos a que participen. Comparta esta invitación con su iglesia.
Para participar escriba al WhatsApp +595 971 316800
El proceso de oración basado en Ezequiel 47
Aquí Ezequiel presenta una metáfora del crecimiento espiritual, realizando con una clase de natación progresiva, y que tras las indicaciones que recibe primero ingresa a un río que sale del templo, y el agua le llega a los tobillos; en la segunda oportunidad el agua le llegaba a las rodillas, en la tercera a la cintura y finalmente la última clase implicaba nadar, para atravesar el río. Así mismo el Desafío de A Solas con Dios va llevándonos por los ríos de amor de Dios, dedicando unos pocos minutos al inicio, hasta completar una hora de oración por día en la semana 12.
Ezequiel estaba con el pueblo cautivo en Babilonia. Y en el capítulo 40 se relata lo siguiente:
Habían pasado veinticinco años desde que llegamos presos a Babilonia, y catorce años desde la destrucción de Jerusalén. El día diez del mes I, el Señor me llenó de su poder y me llevó al territorio de Israel.
Allí me colocó sobre una montaña muy alta, y al mirar hacia el sur pude ver muchas construcciones, como las de una ciudad.
El Señor me llevó a esa ciudad, y allí vi a un hombre que parecía estar hecho de bronce. Estaba de pie, junto a la entrada, y en la mano tenía una cinta de lino y una regla para medir.
Aquel hombre me dijo:
«Ezequiel, hombre mortal, Dios te trajo aquí para mostrarte la ciudad santa y su templo. Así que presta mucha atención, para que comprendas muy bien lo que te voy a enseñar. Luego tú deberás decir a los israelitas todo lo que veas».
Y en el capítulo 47 sigue:
Aquel hombre me llevó de nuevo a la entrada del templo. Allí me di cuenta de que, por debajo de la entrada, salía agua. Esa agua venía del sur y, luego de pasar por el costado derecho del templo, corría hacia el este, que era hacia donde estaba orientado el templo.
Luego aquel hombre me hizo salir por la puerta norte, y rodeando el templo por la parte de afuera me llevó hasta la entrada del este. Allí pude ver que también por el lado sur brotaba agua.
El hombre se dirigió hacia el este. Tomó una cuerda y midió quinientos metros; luego me ordenó cruzar la corriente. El agua me llegaba a los tobillos.
Enseguida midió otros quinientos metros, y nuevamente me ordenó cruzar la corriente. Ahora el agua me llegaba a las rodillas.
El hombre midió otros quinientos metros, y otra vez me hizo cruzar la corriente. Para entonces el agua me llegaba a la cintura.
Midió quinientos metros más, y la corriente era ya un río muy hondo que no pude cruzar a pie. La única manera de cruzarlo era nadando.
Entonces el hombre me preguntó: «¿Te fijaste bien en todo esto?»
Cuando regresamos a la orilla del río, vi que en las dos orillas había muchos árboles. Entonces el hombre me dijo…
Todo lo que se mueva en esas aguas vivirá, porque ellas harán que el agua amarga se vuelva dulce…
En las dos orillas del río crecerá toda clase de árboles frutales. Sus hojas nunca se caerán, sino que se usarán como medicina. Serán regados con el agua que sale del templo, y el fruto que darán cada mes servirá de alimento…
Para participar escriba al WhatsApp +595 971 316800
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