Hace mucho tiempo, la educación pasó de ser un privilegio real para convertirse en un derecho fundamental, conforme así lo estipula la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, derecho al cual todos y todas pueden tener acceso, con el propósito de alentar la sociedad hacia el progreso. En armonía con lo anterior, la educación ha pasado por muchas etapas de transformación durante los siglos pasados, cambios que han posibilitado que la educación del siglo 21 sea diferente a la de los días de antaño; y es que los métodos donde el estudiante se limitaba a recibir conceptos e ideas impuestas, ya no constituyen la base del conocimiento, los desafíos de la nueva y moderna sociedad requieren de fundamentos sólidos donde el estudiante se cuestione con preguntas correctas, a esto se le llama pensar críticamente.
Al respecto sobre la educación cristiana, la cual no se queda atrás, Byron Pellecer, profesor del Seminario Bíblico Anabautista Hispano -SeBAH- y quien fue ministro asociado de la Conferencia de Western District, con la responsabilidad como mentor y supervisor de la Comisión de Plantación de Iglesias de la conferencia, dice: “por mucho tiempo la educación cristiana se ha conformado con impartir conceptos y teorías. El estudiante de esta década se enfrenta a nuevos retos, donde quedarse con la teoría en el área de clases probablemente no le sirva de mucho.” Desde su visión como profesor Byron plantea: “al estudiante de estudios bíblicos se le debe de enseñar la biblia de acuerdo al contexto, para que de esta manera cree habilidades que le permitan forjar un pensamiento crítico que le sirva tanto en su crecimiento espiritual como intelectual.”
En concordancia con lo anterior, cuando se le enseña al alumno de manera desconectada, por medio de contenido memorizado, el estudiante es incapaz de crear las conexiones necesarias que le permitirán desempeñarse efectivamente en el mundo real al que se enfrenta, es así como, resalta Byron desde su participación en -SeBAH-, su principal objetivo como profesor no es que el estudiante se llene de un vasto conocimiento, el cual sin un efectivo raciocinio crítico y sin una adecuada práctica perdería sentido. Solo cuando se motiva al alumno a investigar sobre la Biblia, el estudiante obtiene las herramientas necesarias para que se plantee interrogantes precisos que prenden la chispa de la curiosidad acerca de las inagotables e increíbles verdades que Dios preparó en su palabra, entonces surgen algunos interrogantes ¿Cuándo se estudia la Biblia, es pecado hacerse preguntas? ¿Dios se agrada realmente en ello?
A pesar de que algunas personas o denominaciones han malinterpretado la concepción de las preguntas acerca de las escrituras, la Biblia enseña todo lo contrario ya que ella misma alienta al estudioso de la Biblia y al cristiano en general para que escudriñe, es decir para que estudie, para que pregunte sobre lo que no tiene conocimiento de la palabra de Dios y de esta forma, como dicen las escrituras: “su pueblo, no se pierda por falta de conocimiento.”
Es por ello qué semana a semana, Byron imparte de manera eficiente y coherente con su visión sobre la educación, su conocimiento con muchos estudiantes de -SeBAH- para que el día de mañana, ellos tengan la capacidad por sus propios medios de crear, fundamentos fuertes y duraderos con convicción sobre la fe y la sana doctrina que el Señor Jesucristo, dejo para brindar libertad a todos los cautivos, concluye Byron.
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