Misioneros, secuestrados el pasado 16 de octubre mientras visitaban un orfanato en Haití, han sido liberados exactamente dos meses después de su secuestro. La organización Christian Aid Ministries (CAM), a la cual pertenecían los misioneros, hizo el siguiente anuncio por medio de un comunicado de prensa en sus redes: “Glorificamos a Dios por la respuesta a la oración: ¡los doce rehenes restantes están libres! Únase a nosotros en la alabanza a Dios porque todos nuestros diecisiete seres queridos están ahora a salvo. Gracias por sus fervientes oraciones durante los últimos dos meses”.
El 16 de octubre, diecisiete miembros de CAM fueron secuestrados. Entre las personas secuestradas (hombres y mujeres) había mayores de edad, entre los 18 a 48 años, y menores, entre los 15 años a 8 meses de edad, de nacionalidad estadounidense y una persona de Canadá. CAM es una organización apoyada por las iglesias conservadoras Menonitas y las comunidades Amish, teniendo sede en Berlín, Ohio.
Cuando este grupo visitaba un orfanato en las afueras de Puerto Príncipe fueron secuestradas por una banda llamada 400 Mawozo de Haití. Esta banda pedía 17 millones de dólares por la liberación de las personas secuestradas. Por otro lado, mediante un video dejaron saber que, si no se pagaba, las personas podrían ser asesinadas. Los miembros de las familias secuestradas y la CAM hacían peticiones para acompañar en oración pidiendo que sus familiares pronto sean liberados. A través de las redes sociales establecieron diferentes horarios diariamente para orar, además de iglesias que se reunían todos los días para orar. Las peticiones de oración no eran solamente por las personas afectadas, sino por este grupo que mantenía a estas personas secuestradas. “Dios ha dado a nuestros seres queridos la oportunidad única de vivir el mandato de nuestro Señor de ‘amar a tus enemigos, bendecir a los que te maldicen, hacer el bien a los que te odian’ (Mateo 5:44)”, dijeron los miembros de la familia en la declaración del 21 de octubre. “Dios nos invita a invocar su nombre en el día de la angustia (Salmo 50:15). Le agradecemos por ser Dios, y le pedimos que escuche nuestras oraciones y traiga a nuestras familias a casa”.
Según fuentes de BBC NEW MUNDO, el grupo que fue secuestrado el pasado 16 de Octubre fue interceptado por esta banda que acostumbra a hacer secuestros y pedir una suma alta de rescate. El grupo volvía de la visita al orfanato en un bus, que fue interrumpido por esta banda. Uno de los miembros del grupo pudo enviar un mensaje por Whatsapp diciendo que fueron secuestrados, pedía oración porque no sabía que iba a pasar con todos ellos y donde los llevarían. Dos de las personas secuestradas fueron liberadas en noviembre y tres a principios de diciembre, pero sus identidades nunca se dieron a conocer. Luego de dos meses de angustia, pero de mucha fe y oración, los demás fueron liberados este 16 de diciembre. No se sabe cómo fue el arreglo con los secuestradores y si hubo pago alguno por su liberación.
Haití se ha convertido en uno de los países con la más alta tasa de secuestros en el mundo, siendo así que este año finalizando octubre ya han ocurrido 800 secuestros. El New York Times le llama “La capital mundial del secuestro”.
Puerto Príncipe es una de las zonas más peligrosas de Haití, donde las pandillas controlan hasta las escuelas. Directores y profesores continuamente sufren amenazas por parte de estas pandillas que se financian con los rescates que piden por las personas que secuestran. Entre los secuestros están niños y niñas y los casos van aumentando. Debido a ello, muchos padres han optado por no mandar más a sus hijos e hijas a las escuelas, sumando que ya estos sectores estaban afectados por el terremoto ocurrido el 14 de agosto. Según informes de UNICEF, 230 mil corren el riesgo de abandonar las escuelas luego de estos acontecimientos, además de la pobreza, el débil sistema y el peligro que es mandar a los niños y niñas a las escuelas.
Oremos sin cesar, por nuestros hermanos y hermanas que ya fueron liberados, que ahora ya están con sus familias y en sus hogares. Agradezcamos a nuestro Creador por escuchar nuestras oraciones. De igual manera, sigamos orando sin cesar, por nuestros hermanos y hermanas de Haití, que están pasando por tantos peligros. Oremos por esos corazones fríos, oremos con la esperanza en Dios para que se llenen de su amor. Oremos por el gobierno Haitiano que se encuentra desestabilizado, porque la comunidad internacional les brinde apoyo. Oremos por los niños y niñas de Haití, para que tengan esa libertad y seguridad de ir a las escuelas, de salir a las calles y volver a casa.
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