Desamor. Choque. Agonía. Devastación. Confusión. Furia. Éstas son sólo algunas de las emociones que inundan los corazones de millones de israelíes en medio de un ataque terrorista sin precedentes por parte de Hamás. Este es un momento para detenernos y orar por la intervención misericordiosa de Dios.
Lo que hace que este ataque sea aún más insidioso es que se produce casi 50 años después del día de la infame Guerra de Yom Kippur en 1973. En ese fatídico momento, Israel fue atacado en medio de 24 horas de oración y ayuno en el día más sagrado del año, Yom Kipur, el Día de la Expiación.
El ataque actual, el 7 de octubre de 2023, no se produjo sólo el sábado, sino en lo que se llama Simjat Torá, “la alegría de la Torá”, el día de celebración más importante del calendario judío. Ésta es la culminación de la Fiesta de los Tabernáculos (Sukkot), un día de canto, danza y regocijo.
Pero este día, en lugar de danza hay llanto y luto. El derramamiento de sangre ha llenado la tierra. (Michael L. Brown, Israel Bajo Ataque: El Día De Regocijo Se Convierte En Horror )
Me interesó este artículo de opinión, ya que nos explica aspectos relacionados a lo que vengo estudiando sobre el capítulo 7 de Juan relacionado con la Fiesta de los Tabernáculos, desde hace algunas semanas.
El sábado 7 de octubre, estuve en aula de Formación Docente toda la mañana, pero bien temprano (5:45) leí algunos titulares. Luego quedé pasmado durante la mañana al revisar de tanto en tanto los titulares.
Lo primero que pensé fue en los 3.000 cristianos que estaban en Jerusalén para la gran marcha para bendecir y orar por el pueblo de Israel el 4 de octubre. Calculo que en su mayoría ya habían retornado a sus países antes del 7, pero no lo sé.
Lo segundo que pensé es cuál debería ser mi posición sobre este tema, si alguien me preguntara o si tuviera que escribir un artículo sobre el tema.
Mi suegro es una persona muy Sionista en sus convicciones y en nuestra casa tenemos una gran estrella de David en la misma entrada, y donde todo el que pasa frente puede verla. Mis convicciones como anabautista son centradas en buscar la paz en el mundo, y veo con más buenos ojos el rol del Israel espiritual, más que el del Israel político. De todas formas, esto es algo que nos afecta a todos.
Seguramente todos tenemos algún vínculo con Israel. En mi caso personal, mi abuela paterna de apellido Meyer Grob (judíos alemanes), y tengo varios amigos judíos que viven en Paraguay.
En mi caso personal, creo que debemos estar orando tanto por las familias civiles, víctimas de este conflicto, de ambas facciones. Y también debemos orar por sabiduría de los líderes de la nación de Israel, como también que el Espíritu toque a los que tienen secuestrados a centenares de inocentes, que el Señor intervenga de una manera sobrenatural para que no haya más derramamiento de sangre.
También pienso que deberíamos todos ver todo esto como una oportunidad de seguir buscando la paz entre las facciones y no echar leña al fuego alentando que este conflicto se agudice para que llegue “más rápido” el arrebatamiento.
Desde mi perspectiva, creo que hoy sigue vigente el siguiente texto del evangelio de Mateo:
En eso, uno de los que estaban con él extendió la mano, sacó la espada e hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole una oreja. —Guarda tu espada —le dijo Jesús—, porque los que a hierro matan, a hierro mueren ¿Crees que no puedo acudir a mi Padre y al instante pondría a mi disposición más de doce batallones de ángeles? Entonces, ¿cómo se cumplirían las Escrituras que dicen que así tiene que suceder? (Mateo 26: 51-54).
Algunas cuestiones a tener en cuenta
Aunque los menonitas y anabautistas como individuos y a veces como iglesias locales tienen diferentes posturas referentes a Israel en la profecía & escatología en los tiempos finales, reconocemos y lamentamos los conflictos armados, la ocupación militar, y todo tipo de violencia que ha dañado y traumatizado gravemente tanto a judíos como también al pueblo palestino.
La mayoría de las acciones sugeridas por naciones occidentales no han servido ni al bienestar ni a la seguridad de la región en conflicto, y mayormente han agravado el conflicto, y posiblemente las posturas de muchos cristianos también complican más fuertemente todo este tema.
En este tiempo debemos comprometernos como iglesias a “orar sin cesar” (1 Tesalonicenses 5.17) por todas las personas de Israel/Palestina, en especial por aquellos que han padecido el impacto de la violencia y aquellos que trabajan por la paz, mientras damos pasos concretos para examinar nuestra propia complicidad en las injusticias pasadas y presentes.
Jonathan Kuttab – Premiado como Pacificador 2023 por la Iglesia Menonita de EE. UU.
La Iglesia Menonita de EE. UU. ha nombrado a Jonathan Kuttab ganador del premio Bring The Peace 2023 – Legado Pacificador (agosto de 2023). Un Legado Pacificador es alguien que ha dedicado su vida al trabajo por la paz y la justicia. El premio está patrocinado por el Fondo de Impuestos para la Paz de la Iglesia de MC USA.
El premio Bring The Peace es una forma tangible de apoyar la misión de paz de la iglesia y reconocer el trabajo de los pacificadores denominacionales que participan activamente en la promoción de la paz en sus congregaciones y comunidades.
Jonathan Kuttab se crio en Belén y Jerusalén. Kuttab es un abogado internacional de derechos humanos y es miembro del Colegio de Abogados de Palestina, Israel y Nueva York. Ha representado al Comité Central Menonita y a los Equipos Cristianos de Acción por la Paz (ahora Equipos Comunitarios de Acción por la Paz ) en Palestina y fue jefe del Comité Jurídico que negoció el Acuerdo de El Cairo entre Israel y la Organización de Liberación de Palestina en 1994.
Kuttab también ha estado involucrado en el liderazgo de varios grupos palestino-israelíes de derechos humanos, como Al-Haq, Nonviolence International, MennoPIN , Friends of Sabeel North American, Holy Land Trust y Bethlehem Bible College. Se congrega en la Iglesia Comunitaria Menonita de Lancaster (Pensilvania).
Representa a personas y grupos de diversos orígenes religiosos y seculares, y enfatiza principios universales que ofrecen alternativas a la violencia a través de divisiones políticas, sociales y religiosas.
“Trabajar por la paz y la justicia me permite combinar mi compromiso de fe con mi ardiente deseo de hacer algo respecto de la opresión y la lucha de mi pueblo en Palestina”, dijo Kuttab. “Me permite preocuparme no sólo por mí ‘tribu’ sino también por sus enemigos”.
También le recomendamos leer el siguiente documento:
Buscar la paz en Israel y Palestina: una resolución para la Iglesia Menonita de EE. UU. (2017)
Una porción del documento señala lo siguiente:
“El conflicto existente en esa pequeña región contribuye a la desconfianza y la violencia que se expande en la región y más allá de ella.
Nuestro compromiso con el Príncipe de paz nos invita a esforzarnos por alcanzar la justicia y la paz de Dios para todos los pueblos de esta región”.
Conclusión:
Qué bueno sería que tengamos en nuestras iglesias anabautistas de habla hispana de todo el mundo momentos de oración referente a este conflicto, y también un diálogo y estudio bíblico referente a nuestras convicciones pacifistas en el contexto del mundo de hoy. El Príncipe de Paz esté con cada uno de nosotros capacitándonos para ser pacificadores en el siglo 21 y también con los que están sufriendo a causa de los conflictos armados en el mundo.
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