Los aniversarios y los momentos de activación de la memoria nos invitan a considerar qué narrativas se están configurando sobre el pasado y qué narrativas nosotros, como historiadores, académicos y periodistas, queremos contar.
El recuerdo inevitablemente enciende debates renovados sobre los orígenes y los resultados, y podemos aprender mucho sobre un movimiento, nación o comunidad en momentos de celebración conmemorativa.
El año 2025 recuerda el momento en que Conrad Grebel bautizó a George Blaurock en Zúrich «para encender un nuevo movimiento anabautista que se oponía a los movimientos de Lutero, Zwinglio y el catolicismo».
El año 2027 coincide con el 500 aniversario de la aparición de los Artículos de Schleitheim, una declaración de la separación del Anabautismo del mundo, y el Sínodo de los Mártires, una reunión que estableció un principio de misión (obtuvo su nombre porque muchos de sus principales participantes murieron poco después).
Las historias del ala radical o «izquierdista» de la Reforma siguen siendo poco estudiadas y marginadas de la corriente principal de la investigación historiográfica cristiana.
Los momentos de memoria y celebración, son una oportunidad para que los académicos aborden estas cuestiones. Los aniversarios traen a la palestra grandes debates sobre los orígenes y el futuro, así como el lugar de las comunidades en el mundo contemporáneo, y con tanta frecuencia implican a instituciones nacionales e internacionales.
Memorias de los anabautistas
Hoy hay más de 2 millones de anabautistas en el mundo.
Para muchos, las celebraciones del 500 aniversario organizadas por el CMM (Congreso Mundial Menonita); son un recuerdo de aquellas cosas que caracterizan la memoria colectiva de las comunidades menonitas:
- un énfasis en la separación entre la iglesia y el estado,
- una historia de persecución y martirio,
- libertad de religión, libertad de conciencia
- y el bautismo para creyentes que eligen seguir a Jesús.
También se considera una oportunidad para evaluar y revitalizar la identidad menonita en el mundo contemporáneo.
Claramente, la memoria es importante para los menonitas. Para numerosos menonitas, existe un profundo sentido de conexión con su pasado moderno temprano, sus mártires y héroes.
Pero, aunque el centenario de 2025/2027 será una celebración coordinada por el CMM, la realidad es, por supuesto, que las culturas de la memoria entre los creyentes anabautistas de hoy van mucho más allá de la celebración oficial y las estructuras centrales.
Las actitudes que forman el contexto global de las conmemoraciones planeadas podrían no tener sus raíces en las iglesias nacionales y las instituciones estatales, sino en los recuerdos familiares, comunitarios y personales que han preservado el sentido del pasado y el recuerdo colectivo.
Los menonitas, migraron grandes distancias a partir del siglo XVI. Esto no siempre fue el resultado de la persecución y el exilio, como podría sugerir una narrativa anabautista tradicional, pero los anabautistas innegablemente viajaron lejos.
Las comunidades se mudaron del norte y centro de Europa a Rusia y Ucrania, migraron a las Américas o emprendieron trabajo confesional en la India, el sudeste asiático y África.
Cuando las personas se mudan, los recuerdos viajan con ellas. De hecho, para los menonitas la memoria era una herramienta fundamental para tender puentes entre comunidades dispersas en amplias áreas y separadas de la sociedad de diversas maneras. La memoria es central para la identidad diaspórica.
Los recuerdos menonitas de las colonias que emigraron al Paraguay, pueden ser de mucha importancia para los descendientes que ya nacieron en el Paraguay… Pero mucho de esta historia podría no tener mucho sentido para miembros de iglesias menonitas nacionales, ya sea de iglesias de trasfondo latino, o las de trasfondo indígena.
Solo podemos seguir estas historias y memorias si miramos más allá de los límites institucionales y geográficos convencionales, ya que el núcleo mismo de la identidad menonita, está en las comunidades de dispersión que se extendieron por las regiones. La memoria en estas comunidades diásporicas no podía contar la misma historia que las iglesias institucionales.
La memoria anabautista enfocada en los orígenes suizos del movimiento, muchas veces ha causado controversia al centrar las historias anabautistas en una ubicación determinada por un comité central.
Pero ¿por qué es importante pensar en este tipo de memoria? ¿No es sólo un aniversario más, una vertiente más del legado de la era de la Reforma Radical?
Algunas discusiones y debates aún cerca de la gran celebración cuestionan sobre si la fecha para un aniversario menonita debería ser 2025 o 2027, alguna otra, o ninguna.
El resultado del consenso, fue el establecimiento de diez años de celebración (“renovación”) a partir de 2017, que culminarán en 2027, pero con una celebración en Suiza en 2025 en el camino. Lastimosamente, varios eventos fueron cancelados o realizados en línea a causa de la pandemia.
Aún vemos que muchas iglesias (especialmente en América Latina) no encuentran ningún significado a estas celebraciones. Se encuentran apáticas referente a todo esto, dado que no encuentran la conexión con la historia de los hermanos suizos. Muchas iglesias ni siquiera encuentran mucho sentido a la celebración de los 90, o 100 años de la llegada de los menonitas a países Latinos.
Es importante un enfoque no solo en uno pocos hechos puntuales, ampliando la visión hacia la poligénesis en todo aspecto relacionado a la historia y desarrollo de las iglesias. Pero esto no lo podemos hacer en un abrir y cerrar de ojos.
Teniendo en cuenta esto, es posible que se haya designado África para el lugar para la 18ª Asamblea de la Conferencia Mundial Menonita, en 2028. Etiopía es un ejemplo, de una iglesia vigorosa y multitudinaria, que tiene muchas historias aún no conocidas. Lo mismo ocurre prácticamente en todos los países del Sur global.
Algunas opiniones contrarias a las fechas de 2025 y 2027 también sostienen que la iglesia anabautista no se originó en el siglo XVI, ya que fue una continuación y sucesora de la iglesia apostólica de Cristo, y esto es válido, y también hay que tenerlo en cuenta.
Sea cual fuere nuestra postura referente a todo esto debemos recordar que las celebraciones oficiales son solo una parte de la memoria; tenemos que mirar más allá, a culturas de memoria más amplias, a individuos y comunidades locales. La memoria de estas historias no conocidas o poco conocidas debieran formar también parte de las celebraciones centrales.
Por lo tanto, los historiadores, teólogos y periodistas deben ser sensibles a la forma en que se eligen, se cuestionan y se narran los recuerdos, cómo varían y cambian, y cómo existen en diferentes niveles.
Estamos aún a tiempo para que en cada país nos enfoquemos en comunidades, individuos y familias específicas, realizando conmemoraciones locales que tengan un enfoque amplio, teniendo en cuenta la historia general, pero con un mayor peso, la historia de la memoria local. La investigación debe comprender la forma en que se ha construido la memoria a nivel local, regional y familiar, así como también dar lugar a los eventos mundiales, o regionales.
Al interrogar las memorias de la historia anabautista a medida que se acerca este aniversario, podemos descubrir nuevas trayectorias para los legados duraderos de la Reforma Radical en todo el mundo y, al hacerlo, abordar algunos de los debates fundamentales de la historia del siglo XVI. Abre nuevas perspectivas tanto sobre nuestras historias de grupos no conformistas en el mundo moderno temprano como sobre las implicaciones para la forma en que el cambio religioso ha moldeado la cultura global.
Sólo desde los márgenes podemos reescribir el centro. Debemos dar lugar principalmente a las historias marginales, relatando las cosas que tal vez nunca fueron contadas.
Los aniversarios no siempre ayudan en esta reevaluación, ya que de alguna manera han reafirmado las narrativas confesionales y las divisiones normativas.
Mirando desde los márgenes, podemos ver que los anabautistas no siempre fueron una minoría perseguida, no fueron marginales en las historias y no siempre buscaron el camino pacífico y tranquilo. Siendo sinceros, desde el mismo inicio, cada iglesia local, y su historia y desarrollo han tenido enfoques y experiencias diferentes, y algunas veces muy diferentes.
Si miramos únicamente en una parte de la historia, podemos dejar afuera la riqueza de otros grupos, que paragógicamente, hoy son la mayoría.
La fragmentación puede haber llevado a la diversidad, cosa que para algunos puede parecer negativo, pero también puede proporcionar energía apreciando la explosión del anabautistmo en el sur global.
La memoria de los 500 años de los anabautistas pone de relieve la necesidad de mirar más allá de las celebraciones oficiales.
Centrarse en los anabautistas de Zurich de una manera que refuerce las normas de la corriente dominante de la historia enfocada en la historia europea, euroasiática y norteamericana, puede ser negativo. La celebración debe ir más allá, celebrando la historia de la iglesia en América Latina, África, Asia y Australia.
Una celebración como la planeada para 2025 – 2027, debe celebrar la identidad de las iglesias locales y los recuerdos multifacéticos que han dado forma a las comunidades y culturas de las iglesias en todo el mundo.
Hay que tener en cuenta y comprender la expansión geográfica de los grupos anabautistas y la forma en que sus comunidades evolucionaron a lo largo de la diáspora mundial.
Aquí es todo un desafío analizar y descubrir nuevos archivos, nuevas fuentes y nuevas historias que aún no han sido escritas o registradas.
Estas nuevas vías de investigación ayudarán a revelar comunidades religiosas que existen más allá de las estructuras institucionales y nacionales y la forma problemática en que los grandes aniversarios refuerzan las grandes narrativas.
Prestar más atención a lo local y a lo individual tiene el efecto de ampliar los recuerdos a través de los mares y las generaciones. La celebración de 2025/2027 no solo provoca preguntas sobre la historia anabautista del siglo XVI, sino que exige que encontremos formas más matizadas de pensar en la memoria, las formas en que se inserta en el lenguaje, el paisaje y la gente, y las huellas que deja.
Conclusiones
Los aniversarios siempre nos ofrecen la oportunidad de repensar las historias.
Si bien, tenemos un enfoque histórico analizando la riqueza y el legado de los Radicales del Siglo XVI, desde Anabaptist World, queremos estar abiertos a descubrir nuevas historias del movimiento anabautista – menonita en América Latina, en idioma español.
Ayúdenos a contar nuevas historias de fe, de compromiso, de misión y de visión, buscando en cada iglesia registros de la historia, testimonios de los miembros más antiguos, escaneando fotografías, compartiendo videos, acerca de lo que el Señor ha hecho en su iglesia local.
Ayúdenos a celebrar el «quincentenario» de los anabautistas contando las historias de las iglesias Latinoamericanas… Y organice alguna actividad para el 2025, celebrando la historia de la iglesia mundial, de la iglesia en su país, y de su iglesia local.
Adaptado de: Hill, K. Memories from the margins? Anniversaries, Anabaptists and rethinking Reformations. Palgrave Commun 5, 84 (2019). https://doi.org/10.1057/s41599-019-0290-1
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