SANANDO Y AVANZANDO

Alumnos del curso Sanando y Avanzando de SeBaH. Alumnos del curso Sanando y Avanzando de SeBaH.

En los Estados Unidos, el SeBaH (Seminario Bíblico Anabautista Hispano) está a marchas de una serie de retos que se ha propuesto recientemente y que son la suma, la mezcla y la conclusión de sueños que se vinieron mascullando por los años, y otras ideas recientes que surgieron luego de este periodo de pandemia.

Entre sus desafíos institucionales y académicos, como es convertir el SeBaH en un puente para que sus estudiantes continúen los estudios teológicos en la universidad donde les reconocerían logros acreditados por su paso por el seminario o, más adelante –y aquí les avisamos a los lectores interesados- empezar una escuela para escritores hispanos, el actualmente destacado, es la serie de cursos virtuales que se podrán disponer en la página web del seminario –que a su vez es una noticia más: en el presente el SeBaH trabaja en el diseño de su portal web-, y que ha iniciado con el diplomado “Sanando y Avanzando hacia la transformación como iglesia: entendiendo el trauma de una pandemia (COVID-19)”, programa Que se dicta en los días sábados y que tiene un promedio de 40 estudiantes.

Según la información oficial del SeBaH: “Este curso tratará sobre cómo sobreponerse a una crisis como la pandemia del COVID-19, donde es común que los pastores, líderes y miembros de las iglesias hayan experimentado un aumento en los niveles de angustia y ansiedad, particularmente como resultado del aislamiento social”.

Como tutores se ha optado por dos perfiles profesionales que sirvan para abordar los temas desde dos ángulos: el psicológico y el teológico. En este caso se recurrió a los servicios de los pastores Oscar Domínguez y Luis Marcos Tapia, Licenciado en Psicología Clínica y Master en Filosofía, correspondientemente.

Para la pastora Dania Maritza Hernández, de nacionalidad nicaragüense y quien pastorea la iglesia Peña de Horeb en el sur de Filadelfia, ha sido especialmente valiosa esta experiencia educativa, sobre todo por cómo se ha sentido en un espacio de confianza y calor humano, irónico, porque parte del curso aborda los traumas del aislamiento y la virtualidad, que es a su vez la manera como se encuentran en las clases, pero la pastora Dania Maritza pone en claro que el simple hecho de poder oír a colegas suyos contar sus experiencias es de importancia y brinda fuerza así como resiliencia.

Ella, por sí misma, es un caso especial. Su iglesia fue un esfuerzo conseguido a punta de pulso y de persistencia en el llamado que sentía ella misma desde los años que viajaba en pequeñas misiones por su país cuando apenas era una niña. En Filadelfia, su iglesia comenzó como un grupo de reunión en el sótano, a donde acudían  grupos de ex presidiarios y personas en estado de muchas vulnerabilidad, porque hay que entender que la ciudad de Filadelfia, y sobre todo en el sur, se encuentra niveles de necesidad que difícilmente son copiados o aproximados por otras ciudades en los Estados Unidos.

Hoy a su templo vienen personas en busca de comida o al menos de calor, y ella, madre y emprendedora, tiene todos los días que lidiar con el peso de muchas actividades y de muchas personas que dependen de ella o que la necesitan en algún aspecto. Por eso en este curso ha descubierto algo que en el pasado no se había puesto a pensar seriamente: La necesidad del autocuidado:

“Otra cosa que me motivo o que me ha parecido de peso para mi vida y ministerio es algo muy hermoso y es el Autocuidado, “para ti mismo, que nadie puede hacer por ti”. Un ejemplo es el comer, nadie va a comer por ti, nadie se va a bañar por ti, nadie se va a lavar los dientes por ti. Hay muchas cosas que nadie va a hacer por ti…, nadie va a orar por ti. Todo eso me ha gustado, pero el impacto que resulta del autocuidado es que, en medida que nosotros nos amamos, así va a ser el servicio y el cuidado que daremos. Esto es algo que también quiero compartir con la iglesia, con los hermanos, porque aquí en este país podemos notar mucho estrés, mucho cansancio, corremos mucho peligro, venimos de aquí, vamos para allá, por la rutina del país, por el trabajo, por todas las cosas que nos rodea” Nos comenta la pastora Dania.

El curso “Sanando y Avanzando” tiene una extensión de 6 clases y terminará el próximo 18 de septiembre. Pero independiente del tema del curso, la noticia más relevante está en el hecho de que el SeBah prontamente, se estima que entre los finales de octubre y los comienzos de noviembre, lanzará su página web con una serie larga, rica y nutrida de materiales útiles para la vida de fe y para el ministerio. Y entre ellos, su programa de diplomados de los cuales este curso será el primero.

Con todo esto, no queda más que apuntar lo siguiente: que la iglesia anabautista hispana de los Estados Unidos avanza en su misión de brindar cada vez mejores oportunidades de preparación a sus líderes y lideresas y esto en especial por el SeBah.

No es algo menor, fuera una noticia cualquiera si en medio no subsistiesen una serie de factores socioeconómicos y culturales que hacen de este hecho un logro que sólo la insistencia y los años han permitido. Si bien la iglesia hispana anabautista ha sido recibida por las conferencias anabautistas locales, las desventajas que corren con los líderes y lideresas hispanas son largas. Las historias son varadas, diversas y en ocasiones opuestas, pero en lo general, no en lo excepcional, estos ministerios son levantados por inmigrantes que traen detrás un peso de dificultades económicas considerables y que hacen difícil el acceso a la educación.

También sucede que muchos provienen de fuentes teológicas o experiencias eclesiales que les ha hecho pensar que la educación formal no es necesariamente importante sino una especie de complemento para la preparación ministerial, entonces hoy, cuando más y más líderes entran a los espacios de formación y los recomiendan, es otro logro en sí mismo.

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