En la gran familia anabautista tenemos muchos escritores y escritoras, que, con vehemencia, se han esforzado por tratar de explicarnos un poco más sobre las verdades que encontramos en las Escrituras. Conocemos a los grandes autores, pensadores o teólogos y, a tono de broma, podríamos decir que “anabautista que se respeta, ha leído por lo menos a Driver, Yoder, Suderman…”. Pero hay muchos, muchos más. Es más, podríamos decir que tan diversa es la familia de la fe que nos sorprendería la cantidad de literatura que está aún en modo underground.
Recordemos una cosa: nosotros no tenemos manuales, ni catecismos o teologías sistemáticas cerradas y acabadas. Creo que todos los lectores de esta revista estamos de acuerdo con que anabautismo es también sinónimo de hermenéutica comunitaria. Es decir, todo lo que leemos, aprendemos, escuchamos y dialogamos, debe ponerse bajo la consideración del Espíritu Santo a través de la comunidad de fe, que discierne sobre cada asunto. Al final es como dice Hechos: “Nos pareció bien al Espíritu Santo y a nosotros (Hechos 15:28a)…”
En este sentido, por esta ocasión y justo porque convendría hacer ese ejercicio de hermenéutica comunitaria, recomendamos un libro escrito por un pastor de la Ciudad de México, que ha sido misionero, maestro y, sobre todo, hermano esforzado en dar a conocer las enseñanzas de Jesús en varias comunidades a lo largo de su trayectoria misionera, siempre animando a la práctica del Evangelio. O como él mismo dice, “una correcta doxa, requiere una correcta práxis”.
Comparto con los lectores esta mini entrevista hecha al hermano Víctor Pedroza Cruz, autor de “Señor y Maestro. Apuntes para un discipulado radical”, que transcribiremos en estas pocas líneas, esperando dar a conocer a la comunidad anabautista un escrito fácil de entender, para también discutirse en comunidad y enriquecer un poco más nuestros discipulados cotidianos:
Entrevistador (E): ¿Qué te inspiró a escribir este libro?
Víctor (V): Creo que los años que ya tengo. Ya pasé 52 años caminando con Jesucristo. Tuve la dicha de haber creído en él cuando era un adolescente. Desde entonces, he pasado adolescencia, juventud temprana, mi entrada a la madurez y ahora la entrada a la vejez y Jesucristo ha sido para mí el principal motivo de todo lo que hago. Jesucristo vivo, resucitado. Lo que me inspiró fue poder hablar con las generaciones que vienen acerca de este Señor Jesucristo, este Señor resucitado, que transforma y le da sentido a la vida, propósito, significado y llenura. Pero sobre todo de este Señor Jesucristo que está muy alejado de lo que la religión predica, y entonces quise hablar del Jesucristo que tenemos en los 4 evangelios. Recuperar no solamente su memoria, sino su enseñanza, vida, obra, y hablar con las nuevas generaciones, vuelvo a repetir, de Jesucristo.
E: ¿Y cómo fue el proceso para escribirlo?
V: Pertenezco a una iglesia donde no le damos demasiada importancia al magisterio canónico, sino que practicamos una hermenéutica comunitaria. Es decir, donde el maestro no es el súper sabio que tiene todas las respuestas, que puede desvelar todos los secretos, sino que, al sentarnos juntos, la comunidad de creyentes con las escrituras abiertas lee los textos, mira los contextos, los intertextos, etc.: entre todos podemos discernir. Así que estas reflexiones que he escrito, incluso puedo decir que no son meramente de toda mi autoría, sino que también son parte de las reflexiones que he hecho con la comunidad de creyentes durante muchos años. Pero, sobre todo, lo más importante es que estas comunidades de son de gente muy sencilla, gente del pueblo. Eso para mí es más valioso y más importante: cuando motivamos a la gente a pensar en el Señor Jesucristo de los evangelios, bueno, suceden cosas extraordinarias. Estas lecciones han surgido a partir de allí, de esta reflexión comunitaria con la comunidad de creyentes.
E: Cuando escribiste este libro, ¿qué buscabas, o qué deseaste trasmitir?
V: Pues desde luego, me doy cuenta, y ahí lo pongo en el libro, que la cristiandad no conoce a Jesucristo. Entiendo que decir esto es sumamente peligroso y puedo ser calificado de soberbio y arrogante, pero a la gente cristiana le falta un gran conocimiento acerca del Señor Jesucristo. Especialmente hoy, en los tiempos que está viviendo la iglesia, donde hablamos de muchísimas cosas como, por ejemplo, la motivación, la autoestima, el éxito, el ser campeones, en fin… Hablamos de tantas cosas que, en última instancia, ni siquiera son cosas cristianas, en estrictu sensu. Entonces, lo que más me motiva es el hecho de poder transmitir las enseñanzas del Señor Jesucristo. Porque él nos ha dejado una gran enseñanza para la vida entera, en todos sus órdenes, y de esta forma, en la medida que reflexionamos sobre los textos y nos invitamos a practicar lo que él nos enseñó, nuestro cristianismo es completamente distinto.
E: ¿A qué sectores o a quiénes tu recomendarías tu libro? ¿A qué edades o a qué tipo de personas?
V: A todo mundo. Pero yo preferiría que los jovencitos y los jóvenes lo leyeran.
E: Tú que eres el autor, ¿qué es lo más importante, o lo que subrayarías de este escrito?
V: La vida, la obra y las enseñanzas del Señor Jesucristo. Y en cuanto a subrayar, hay algo muy importante que en el cristianismo tenemos que saber: Jesús le da más importancia a la práxis, al hacer, que, a la ortodoxia, la correcta doctrina. No es que yo esté desdeñando la correcta doctrina, de ninguna manera, pero el Señor Jesucristo nos enseña que el hacer, la praxis, está por encima que la doxa…
E: Cabe destacar que el libro mencionado está escrito en forma de pequeños ensayos o lecciones, 29 en total, mediante las cuales nuestro hermano nos guía a reflexiones sobre la vida y obra de Jesús. Dichas lecciones, o capítulos, no sólo están basadas en el Nuevo Testamento, sino que el lector encontrará, además, lecciones basadas en los profetas, teniendo un libro muy completo que ayuda a entender la radicalidad del Jesús de los Evangelios, cuyas enseñanzas, si bien no se entienden sino se practican, es menester analizarlas a la luz de las escrituras.
En el libro queda claro una frase también repetida mucho por el hermano, “en Jesús, Dios hizo nuevas todas las cosas”. En este sentido, el libro también es un esfuerzo por afianzar una creencia compartida: Jesús es la lupa con las que miramos toda la Escritura.
Entre estas reflexiones, el lector podrá disfrutar un compendio de enseñanzas acerca del discipulado, algunos apuntes escatológicos sumamente esperanzadores, una propuesta de nueva masculinidad del Reino de Dios, cómo mirar las crisis al “ensanchar el corazón”, y una relectura de algunos profetas menores y cómo, mediante una visión Cristocéntrica, podemos tener esperanza y sanidad en medio incluso de la crisis.
El hermano tiene una trayectoria ya de 52 años en el ministerio. Es antropólogo, teólogo, esposo, padre, abuelo; ha sido pastor en varias comunidades anabautistas y ha participado en varios círculos de reflexión.
Aunque el hermano está decidiendo por distribuir su libro de forma tradicional, ha decidido dejarlo disponible en Amazon, en formato físico y e-book, en la siguiente liga: CLICK AQUÍ.
Agradecemos los esfuerzos que muchos hermanos hacen, como Víctor, a dedicar tiempo y recursos a escribir textos que nos ayuden un poco más a conocer al Mesías en la vida diaria.
Coméntanos qué te pareció el libro.
Have a comment on this story? Write to the editors. Include your full name, city and state. Selected comments will be edited for publication in print or online.