La Biblia contiene al libro de Ester, y el libro de Ester es intenso. Parece una telenovela. Mejor dicho, es una telenovela. Hay violencia, gritos, sorpresas, venganza, romance, complots, muertes. En un momento de la historia Aman, que sería el malo de la película, está yendo al rey para convencerlo de matar a Mardoqueo. En ese mismo momento, el rey está leyendo el libro de acontecimientos del reino donde recuerda que Mardoqueo le salvó la vida entonces decide honrarlo segundos antes de que llegue Aman, por lo que Aman no tiene que abandonar su plan. Mardoqueo estuvo a segundos de perder la vida.
Hay otro momento de mucha tensión donde Ester invita a Aman junto con el rey a un banquete. Aman siente que está progresando en la vida debido a esa invitación, pero en este mismo banquete Ester le revela al rey que hay un plan para matar a todo su pueblo, ¡y que ese plan fue creado por Aman! Solo puedo imaginarme los primeros planos y las caras de sorpresa cuando se filme una telenovela de la historia de Ester. Pero el libro de Ester no es solo una novela, es también una historia de migración, de personajes que viven en una tierra que no es la de ellos bajo el poder de otro grupo de personas.
La historia transcurre dentro del imperio Persa. El imperio Persa tiene mucho poder. Tienen a los judíos y a muchos otros grupos bajo su dominio viviendo entre ellos y por supuesto, pagando impuestos. Los judíos, el grupo al que pertenece Ester y Mardoqueo, estaban en su peor momento. Ya habían sido conquistados por Babilonia, pero los persas conquistaron a los babilonios con los judíos adentro. Así que, en la escala de conquistas, los judíos estaban al menos en tercer lugar.
Para demostrar la importancia y el poderío del imperio Persa, el escritor menciona tres veces, la primera en Ester 1:19, que los decretos del rey de Persia son inalterables. Lo que el rey decreta, ni el mismo rey lo puede cambiar o lo puede revocar. Lo que el rey decreta, es eterno. Esto suena conocido. Muchas veces vamos a ver la Biblia o cristianos decir que las promesas de Dios no cambian porque los decretos eternos son de carácter divino. La idea de que el rey puede declarar algo que no cambia ni con el tiempo ni con la circunstancia le da un carácter de divinidad al rey. Esto es una idea común en los imperios, en los poderes, hacernos creer que todo lo que dicen es para siempre, las cosas como son no van a cambiar, por ejemplo, si eres indocumentado no puedes tener licencia, sin violencia o sin guerras no podemos mantener nuestro estilo de vida, que no hay alternativa al libre mercado o al capitalismo, etc. Hay que tener cuidado, porque el día que nos tomamos en serio esa idea de que las cosas no cambian, cuando perdemos esa imaginación de crear otras realidades, ahí perdemos la única posibilidad de que las cosas puedan cambiar.
Ester un libro completo con el que podemos reflexionar por páginas y páginas. En esta reflexión solo me quiero enfocar en dos personas: Ester y Aman.
Ester es una huerfana judia, la miembra más insignificante (huerfana) del género más insignificante (mujer en una sociedad patriarcal) del grupo más insignificante (judios) viviendo en el todopoderoso imperio Persa. Ester tiene todas las de perder, se encuentra en la intersección de tres grupos oprimidos. Pero Ester, por la sugerencia de su primo Mardoqueo, se presenta a un casting para elegir la nueva reina. Ester y Mardoqueo ocultan que son judíos porque esto les da mas chances de que ella pueda acceder al palacio y evitar prejuicios. Ester contra todo pronóstico, queda elegida como reina. Gracias a ser reina logra presentarse ante el rey arriesgando su vida para salvar a su pueblo.
Si uno lee comentarios bíblicos descubrirá que hay una gran discusión respecto si Ester es una heroína o una villana. Ester es llamada a estar envuelta en el poder político a pesar de que no quería. Decidió jugar un poco a la asimilación, ocultando su identidad por mucho tiempo. El libro dice que estuvo un año haciéndose los procesos de belleza de los persas. Después de ese año casi que se podía hacer pasar por persa. Para algunos de su cultura sería una traidora, algunos habrán dicho que estaba olvidando sus raíces. Encima, luego se casa con el rey, y sabemos que para los judíos casarse fuera del grupo era muy polémico. Héroe o villana, lo que vemos es que la realidad de ser inmigrante y de luchar por nuestros derechos no es fácil, no hay una receta que funcione en todos los casos. Ester era la persona con menos acceso al poder y a recursos según el sistema imperial y patriarcal. Por lo cual juzgar sus acciones se hace más complicado, ¿qué otras posibilidades tenía?
Es una tentación leer la historia de Ester tratando de buscar un personaje perfecto, alguien que nos muestre exactamente lo que hay que hacer, pero la verdad es que la vida es complicada, es compleja. La historia de Ester es una historia de supervivencia de un grupo, pero no hay héroes o personajes perfectos, solo hay sobrevivientes, y en la vida generalmente tenemos solo eso, personas normales tratando de hacer lo que pueden con lo que tienen.
Por eso el libro de Ester se parece a la historia de José, a los libros de sabiduría, porque se basan en la realidad vista desde abajo, desde las experiencias cotidianas. Casi no se menciona a Dios en el libro porque se basa en la creencia que Dios está en todo y por eso no hace falta hacerlo explícito. En el día a día no vemos a Dios más que en coincidencias y queda en nosotros pensar si Dios está detrás de eso o no. A veces oramos, Ester 4:16 menciona que Ester antes de tomar el riesgo de ir a pedir la audiencia al rey le pidió a todo su pueblo que ayunen por ella, pero realmente no sabía si esa estrategia iba a funcionar o si le iba a costar la vida. Leí una frase que dice que “una coincidencia es un milagro donde Dios prefiere permanecer anónimo”, y quizás esa sea una realidad más cotidiana que escuchar una voz visible o ver un angel indicándonos el camino.
Pero por otro el lado tenemos a nuestro segundo personaje. Tenemos a Aman, el malo de la película, que también es otro inmigrante, es descendiente de Agag, por lo que tiene una larga historia de enemistad con los judíos. A pesar de estar en la misma situación que los judíos, en una tierra que no es de él bajo un poder que no es el de su pueblo, y a pesar de estar también tratando de sobrevivir y de hacer un futuro en este imperio, la enemistad con los judíos sigue presente y Aman, en vez de preocuparse por el bienestar de todos los inmigrantes, se ocupa solo del de su propio grupo. Por eso Aman manipula al rey para que decrete un día donde se pueda aniquilar y saquear a los judíos.
Puede ser fácil echarle la culpa de todo a Aman, pero vale mencionar que Aman cayó en dos tentaciones que todos experimentamos. Primero, la tentación de pensar que no había suficiente para todos. Pensar que la supervivencia de mi grupo depende de que al otro no le vaya bien. Muchos no lo decimos directamente, pero a veces ignorando las necesidades o las protestas de otros grupos estamos en el fondo actuando como si lo pensáramos de una forma más indirecta. Muchas veces escuchamos decir que si llega mucha gente de otras culturas van a cambiar todo y vamos a perder lo que construimos. Eso también puede estar basado en una creencia de que, si ellos crecen y les va bien, nosotros perdemos.
Segundo, la tentación de usar la violencia. Aman pensó que aniquilando a los judíos podía lograr que su familia y a su gente le vaya mejor. Esto le terminó jugando en su propia contra. La violencia se volvió contra él. Esta es una tentación en la que Ester también cayó cuando firmó un decreto, al final de la historia, con el sello del rey donde estableció que los judíos se podían defender y quedarse con las pertenencias de quienes los atacaran, y esto terminó en un baño de sangre. Pero también hay violencias más pequeñas como el ignorar el tema, pensar que está buena la inclusión o que es importante trabajar contra el racismo, pero no nos involucramos. También la indiferencia es decir que no vemos nacionalidad o que no vemos color de piel, que somos todos iguales, pero detrás de eso estamos borrando las historias e identidades de personas que tienen experiencias diferentes.
Aman y Ester nos recuerdan que la vida en una tierra lejana a la de nuestros ancestros, es dura. Y la convivencia con gente que llega a nuestras tierras, también es dura. Hay muchas tentaciones en las que podemos caer, muchos errores que podemos cometer y mucho daño que podemos hacer. Pero el libro de Ester también nos enseña que, aunque muchos inviertan en hacernos creer que las cosas no pueden cambiar, las cosas sí pueden cambiar. Y aunque Dios parezca estar ausente, en realidad está trabajando anónimamente por la justicia y por la paz, quizás a través de coincidencias, y está en nosotros reconocerlo y unirnos, o no.
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