Jesús, la sabiduría personificada

: Foto de Angkor Wat, una de las mayores estructuras religiosa jamás construidas. ( Paul Szewczyk / https://unsplash.com/@allphotobangkok)

Hace unos años atrás tuve el privilegio de visitar el Sudeste Asiático. Más específicamentelos países de Tailandia y Camboya. Si bien algunos esperaran que cuente una historia de servicio transcultural, debo confesar que fui solo como turista en medio de una transición que tuve entre un cambio de trabajo y mi principal interés era descansar en las playas y pasear. Aunque en mi defensa, visitamos y compartimos con una familia de misioneros en Bangkok los primeros días. Una de los privilegios que tuve fue visitar los templos en Camboya que fueron construidos por el imperio Jemer. Uno de los templos más importantes de esa zona es Angkor Wat, un templo hinduista que según Wikipedia es considerado la mayor estructura religiosa jamás construida.

El imperio Jemer tiene una historia de migrar entre hinduismo y budismo varias veces a lo largo de su historia según el rey que estaba en el momento, por lo que los templos reflejan esa realidad. Cada templo tiene rasgos hinduistas y budistas combinados de alguna forma. Así como cuando vine a Estados Unidos me sorprendí de cuantas iglesias había solo a un par de cuadras de mi hogar, cuando estuve en el Sudeste Asiático me sorprendí de ver tantas estatuas de Buda con su típica pose de estar sentado meditando con las piernas cruzadas y los brazos relajados.

Siempre me pareció atractiva la idea de estas personas en paz consigo mismas haciendo reflexiones profundas sobre la vida. Y esta imagen de alguien meditando, de una persona que parece estar en paz, de una persona en las montañas que cuando le preguntas algo te responde con una pregunta, esa es la imagen que muchos asociamos con la idea de sabiduría. Si bien escuché muchas predicas cristianas a lo largo de mi vida sobre sabiduría, siempre sabiduría, en el cristianismo que yo conocí, era más relacionado a saberse las reglas y aplicarlas y menos relacionado a la reflexión, y eso nunca me pareció muy interesante.

Hay un pasaje en el libro de Colosenses que se refiere a Jesús diciendo: “Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles”. (Col 1:15-16) Lo que es interesante, es que también hay otro pasaje en el libro de Proverbios donde alguien está hablando y dice: “El Señor me dio la vida como primicia de sus obras, mucho antes de sus obras de antaño. Fui establecida desde la eternidad, desde antes que existiera el mundo.” Pero. ¿quién está hablando? Pareciera ser que está refiriendose a la misma persona, lo que nos daría una especie de versión femenina de Jesús. Si vamos al contexto de Proverbios encontraremos que la que está hablando es la Sabiduría personificada, y Colosenses basicamente está conectando directamente a Jesús con esa sabiduría. Si nuestro llamado como cristianos y cristianas es a ser como Jesús, entonces parte de ese llamado es personificar la sabiduría. Más especificamente, la sabiduría de Proverbios. Y eso nos lleva a nuestra siguiente pregunta, ¿a qué se refiere Proverbios cuando habla de sabiduría?

Cuando nos preguntamos como la Biblia entiende la sabiduría tenemos un problema porque es una de esos conceptos donde los escritores bíblicos asumen que todos saben de que estan hablando, entonces nunca lo definen directamente. Para encontrarlo tenemos que leer e intentar descifrar lo que ellos entienden como sabiduría. Veamos algunos ejemplos:

  • Gloria de Dios es ocultar un asunto, y gloria de los reyes el investigarlo. (Prov 25:2)
  • Hijo mío, escucha las correcciones de tu padre y no abandones las enseñanzas de tu madre. (Prov 1:8)
  • Al necio le parece bien lo que emprende, pero el sabio escucha el consejo. (Prov 12:15)
  • Cuatro cosas hay pequeñas en el mundo, pero que son más sabias que los sabios: las hormigas, animalitos de escasas fuerzas, pero que almacenan su comida en el verano;los tejones, animalitos de poca monta, pero que construyen su casa entre las rocas; las langostas, que no tienen rey, pero que avanzan en formación perfecta; las lagartijas, que se atrapan con la mano, pero que habitan hasta en los palacios. (Prov 30:24-29)

 

Estos cuatro pasajes son una muestra que nos permite descubrir un poco más que entienden por sabiduría los escritores biblicos. El primer punto que podemos ver es que los escritores de Proverbios entienden que la sabiduría está en todos lados. Está en los reyes, pero también en las hormigas, personificar la sabiduría es ser un constante observador y estar dispuesto a tomar todo el mundo como fuente de enseñanza. Otro punto que observamos es que la sabiduría esta fuertemente relacionada con escuchar. Esto tiene sentido, porque en la cultura popular siempre alguien con sabiduría es alguien que escucha mucho y responde con pocas palabras. Muchas versiones de cristianismo que conocí son lo opuesto, son conocidas por hablar mucho, ofrecer solo respuestas y escuchar poco. Un tercer punto, es que hay sabiduría en generaciones pasadas. Si la sabiduría está en todos lados, los ancianos tienen sabiduría que ofrecer pero también los más pequeños. La sabiduría es una conversación intergeneracional.

Un versículo de Proverbios que requiere una mención especial es 26:4-5 que dice: “No respondas al necio según su necedad, o tú mismo pasarás por necio. Respóndele al necio como se merece, para que no se tenga por sabio.” En este versículo, vemos una oración que es contradecida por la oración siguiente. Y esto es muy importante, porque nos enseña que la sabiduría no es tener respuestas prefabricadas sino que personificar la sabiduría es saber leer el contexto y entender que lo que en una situación específica es correcto, no lo sea en una situación diferente.

El libro de Colosenses nos ayuda a entender que parte de ser como Jesús es personificar la sabiduría. Quienes somos cristianos/as, debemos ser sabios/as. Según entiende el escritor de Proverbios, y también muchas religiones orientales, ser sabio es ser alguien que sabe escuchar, que sabe aprender, que sabe ser contextual, que siempre está dispuesto a repensar conceptos que ya había afirmado y que siempre continua esta conversación intergeneracional para seguir aprendiendo. Es mi deseo al escribir este artículo que quienes seguimos a Jesús seamos un poco como el Jesús de Colosenses, el Jesús personificador de la sabiduría.

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